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Ciudad del Vaticano — Tras la muerte del papa Francisco, el Vaticano ha cumplido con uno de los rituales más significativos del periodo de sede vacante: la anulación del anillo del Pescador y del sello oficial del pontífice. Esta acción simboliza formalmente el final del pontificado y asegura que no se emitan documentos ni decisiones en su nombre mientras se elige a su sucesor.
El anillo y el sello son destruidos mediante un procedimiento ceremonial, que tradicionalmente consiste en marcarlos con una cruz o golpearlos para inutilizarlos, en presencia de los principales oficiales del Vaticano.
En una decisión humanitaria que ha llamado la atención internacional, el Vaticano anunció que el icónico papamóvil será donado a organizaciones humanitarias que trabajan en la Franja de Gaza, con el objetivo de apoyar labores médicas y de asistencia tras la reciente escalada de violencia en la región. Voceros de la Santa Sede indicaron que esta acción responde a uno de los últimos deseos expresados por Francisco, quien había mostrado profunda preocupación por la situación de los civiles en zonas de conflicto.
