La tragedia del Estadio Nacional: el día en que el fútbol en Perú se tiñó de luto

0
17
Getting your Trinity Audio player ready...

El 24 de mayo de 1964, un partido de fútbol entre las selecciones de Perú y Argentina, correspondiente al Torneo Preolímpico Sudamericano, terminó convirtiéndose en la peor tragedia en la historia de los estadios del mundo. Lo que comenzó como una jornada de ilusión por la posible clasificación peruana a los Juegos Olímpicos de Tokio, terminó en caos y muerte tras la represión policial desatada luego de que el árbitro anulara un gol que significaba el empate para Perú.

Con más de 53.000 personas presentes en el Estadio Nacional de Lima, la tensión creció hasta explotar cuando el árbitro uruguayo Ángel Eduardo Pazos anuló un gol de Víctor “Kilo” Lobatón por una supuesta falta al arquero argentino. La decisión desató la indignación del público y una reacción policial desproporcionada, que incluyó el uso de gases lacrimógenos dentro del estadio. Las puertas de salida estaban cerradas por orden de las autoridades, lo que provocó una estampida mortal.

El saldo fue devastador: 328 muertos y más de 500 heridos, la mayoría por asfixia y traumatismos. La violencia policial, la falta de protocolos de evacuación y el cierre de las salidas fueron determinantes en la magnitud del desastre. El comandante Jorge de Azambuja, responsable del operativo, admitió haber ordenado el uso de gases sin prever las consecuencias.

Fuera del estadio, Lima vivió una noche de protestas, disturbios y enfrentamientos. El presidente Fernando Belaúnde Terry declaró el estado de emergencia y suspendió las garantías constitucionales. Las investigaciones posteriores derivaron en condenas a varios agentes, entre ellos De Azambuja, y en reformas urgentes sobre la seguridad en eventos deportivos.

El impacto de la tragedia trascendió las fronteras. La FIFA y el Comité Olímpico Internacional exigieron respuestas, y otros países comenzaron a modificar sus normativas sobre la seguridad en estadios. Aunque el torneo continuó, la herida quedó abierta en la memoria colectiva del Perú, marcada por el dolor de una jornada que debió ser de gloria deportiva y terminó en duelo nacional.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí