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Teherán – El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, confirmó este sábado la recepción formal de una propuesta presentada por Estados Unidos para reactivar un acuerdo nuclear, la cual se comprometió a analizar y responder en breve. El documento fue entregado por el ministro de Exteriores de Omán, Badr al-Busaidi, quien ha actuado como mediador en las cinco rondas de contactos indirectos celebradas hasta ahora entre Washington y Teherán.
Araghchi informó que la propuesta será evaluada conforme a los principios y los intereses nacionales de Irán, sin dar detalles sobre cuándo se conocerá una respuesta oficial ni si se definirá en la próxima ronda de conversaciones, aún sin fecha confirmada.
La propuesta llega en un contexto de creciente preocupación internacional tras el más reciente informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que alertó sobre un aumento considerable de la producción de uranio altamente enriquecido en Irán, acercándose peligrosamente al umbral necesario para fabricar armas nucleares. Según el informe, al 17 de mayo, Irán acumulaba 408,6 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un incremento de más de 130 kilogramos desde febrero.
El OIEA señaló que Irán sigue sin cooperar plenamente ni brindar información transparente sobre aspectos críticos de su programa nuclear. El organismo calificó la situación como preocupante, al tratarse del único Estado sin armas nucleares que produce uranio de tan alta pureza.
Ante esta situación, el expresidente Donald Trump reactivó negociaciones con el objetivo de alcanzar un acuerdo similar al alcanzado en 2015, que incluya la eliminación de sanciones a cambio del cese completo del enriquecimiento de uranio por parte del régimen iraní.
Trump expresó optimismo sobre los avances logrados, describiendo el último encuentro como “muy bueno”, aunque la delegación iraní se mostró más cautelosa. Araghchi reconoció progresos, pero subrayó que persisten diferencias sustanciales, especialmente sobre la exigencia de Washington de frenar totalmente el enriquecimiento de uranio, algo que Irán considera inaceptable.
El enviado especial estadounidense Steve Witkoff reiteró que esta condición es una línea roja para la Casa Blanca, debido a los riesgos que el programa nuclear iraní representa para la seguridad global. Por su parte, Teherán sostiene que el programa tiene fines exclusivamente civiles y acusa al OIEA de emitir informes sesgados, influenciados por países occidentales e Israel.
Las autoridades iraníes rechazaron enérgicamente las conclusiones del OIEA, acusando al organismo de basarse en documentos falsificados y desestimar la naturaleza pacífica de su programa nuclear, que aseguran está bajo supervisión internacional conforme al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Mientras las negociaciones continúan, el futuro del acuerdo nuclear pende de un delicado equilibrio entre la diplomacia, las demandas de seguridad internacional y la soberanía energética de Irán.
