Bolsonaro declara por caso de su hijo mientras se prepara para juicio por intento de golpe de Estado

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Brasilia. La Policía Federal de Brasil interrogó este jueves al expresidente Jair Bolsonaro en el marco de una investigación que involucra a su hijo Eduardo Bolsonaro, acusado de intentar obstruir el proceso judicial contra su padre. Este nuevo episodio ocurre pocos días antes de que Bolsonaro comparezca ante la Corte Suprema por su presunta participación en un intento fallido de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022.

El expresidente, de 70 años, prestó declaración en Brasilia sobre las gestiones realizadas por su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, quien habría presionado al gobierno de Estados Unidos para que sancione a jueces brasileños, entre ellos Alexandre de Moraes, relator del caso por conspiración golpista.

Bolsonaro niega irregularidades y defiende a su hijo

A la salida del interrogatorio, Jair Bolsonaro aseguró estar dispuesto a declarar nuevamente el próximo lunes ante la Corte:

“Es una excelente idea que hablemos en vivo sobre golpe de Estado, estoy muy feliz de tener la oportunidad de aclarar lo que ocurrió”, afirmó el exmandatario, retirado del Ejército con el rango de capitán.

También defendió la transferencia de dos millones de reales (unos 358 mil dólares) a su hijo Eduardo, quien se mudó a Washington en febrero. Según Bolsonaro, el dinero fue enviado de forma “legal y limpia” y no está vinculado a actividades ilícitas.

“El financiamiento de mi hijo no es para ningún acto ilegal. Él trabaja por la democracia en Brasil”, sostuvo.

Eduardo Bolsonaro, bajo la lupa de la justicia

La Corte Suprema ya había autorizado una investigación contra Eduardo Bolsonaro por supuesta coacción y obstrucción a la justicia, debido a declaraciones emitidas desde Estados Unidos. La Fiscalía sostiene que el diputado ha lanzado amenazas contra jueces, fiscales y policías involucrados en el proceso contra su padre.

Entre sus acciones destacan los pedidos al Congreso estadounidense para que sancione a autoridades brasileñas, incluyendo el retiro de visas, congelamiento de bienes y restricciones comerciales.

El activismo internacional de Eduardo ha encontrado eco en figuras del Partido Republicano, como el senador Marco Rubio, quien en mayo insinuó que el juez Alexandre de Moraes podría ser sancionado por supuesta “persecución política”.

Lula defiende a Moraes y rechaza injerencias

Las declaraciones de Rubio provocaron una firme reacción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien defendió a Moraes y cuestionó cualquier intento de injerencia extranjera:

“¿Qué historia es esa de que Estados Unidos quiera criticar algo de la justicia brasileña?”, dijo Lula, repudiando la posible intervención del entorno de Trump en asuntos internos del país.

Juicio por golpismo: Bolsonaro enfrenta hasta 40 años de cárcel

Jair Bolsonaro será interrogado el lunes por el juez Moraes por su presunto rol en la trama golpista tras las elecciones de 2022. La Fiscalía lo acusa de conspirar con altos mandos militares y aliados políticos para evitar la toma de posesión de Lula da Silva, quien lo venció en las urnas.

De ser hallado culpable, el exmandatario podría enfrentar hasta 40 años de prisión. Actualmente se encuentra inhabilitado hasta 2030 por atacar sin pruebas el sistema electrónico de votación.

Carla Zambelli en fuga

Bolsonaro también se refirió brevemente al caso de la diputada Carla Zambelli, una exaliada política condenada a 10 años de prisión por ataques informáticos contra el poder judicial. Según medios brasileños, Zambelli habría salido del país, y el juez Moraes solicitó su inclusión en la lista roja de Interpol.

Zambelli ganó notoriedad durante la campaña de 2022 tras ser grabada persiguiendo con un arma de fuego a un hombre en São Paulo, caso que aún está pendiente en la justicia.

Análisis político

A pesar de las múltiples causas judiciales, Bolsonaro continúa siendo el principal referente de la derecha brasileña. Aunque actualmente inhabilitado, ha dejado abierta la posibilidad de postularse nuevamente en 2026, si logra revertir su situación legal.

En caso de no poder competir, su hijo Eduardo Bolsonaro surge como posible heredero político, siendo ya mencionado en sondeos como figura de peso.

La escalada entre el bolsonarismo y la justicia, sumada al creciente involucramiento de actores políticos estadounidenses, anticipa meses turbulentos para la institucionalidad brasileña y el escenario electoral que se avecina.

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