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Ucrania vivió la madrugada del sábado uno de los ataques aéreos más intensos desde el inicio de la guerra a gran escala en febrero de 2022, cuando fuerzas rusas lanzaron un asalto coordinado con misiles, drones y bombas guiadas sobre varias regiones del país.
En Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania y ubicada a menos de 50 kilómetros de la frontera con Rusia, se registró el impacto más grave. El alcalde Igor Terekhov informó que fueron contabilizados al menos 48 drones de fabricación iraní, dos misiles y cuatro bombas guiadas antes del amanecer. “Kharkiv está experimentando actualmente el ataque más poderoso desde el comienzo de la guerra a gran escala”, escribió Terekhov en su cuenta de Telegram a las 4:40 de la mañana.
El ataque dejó un saldo de al menos tres personas muertas y otras 17 heridas en zonas residenciales de la ciudad. Una mujer fue rescatada con vida de entre los escombros de un edificio de gran altura, según detallaron las autoridades locales. Entre los heridos se encuentran al menos dos menores de edad.
La ciudad portuaria de Kherson, en el sur del país, también fue blanco de bombardeos rusos. El gobernador regional, Oleksandr Prokudin, confirmó la muerte de una pareja y daños estructurales en dos edificios residenciales de gran altura. En Dnipró, una ciudad del centro de Ucrania, dos mujeres de 45 y 88 años resultaron heridas.
Más al oeste, en la ciudad de Lutsk, próxima a la frontera con Polonia, se confirmó la segunda víctima mortal de los ataques del viernes: una mujer de unos veinte años, según reportaron los rescatistas.
Estos ataques se produjeron poco después de una ofensiva ucraniana contra bases aéreas en territorio ruso. De acuerdo con fuentes oficiales de Ucrania, la operación fue planeada durante 18 meses e incluyó la infiltración de más de cien drones pequeños, que fueron activados de forma coordinada cerca de bases militares, causando daños en aviones militares rusos con capacidad nuclear.
El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió represalias tras este ataque, mientras el Kremlin intensifica su retórica sobre el conflicto. El portavoz presidencial Dmitri Peskov declaró que “para nosotros es una cuestión existencial, una cuestión de nuestro interés nacional, de seguridad, de nuestro futuro y del futuro de nuestros hijos, de nuestro país”.
En paralelo, Ucrania propuso una tregua inmediata e incondicional de 30 días durante una ronda de conversaciones de paz en Estambul. Moscú rechazó la iniciativa y exigió la retirada de las tropas ucranianas de las cuatro regiones que reclama, el fin del apoyo militar occidental y la exclusión de Ucrania de la OTAN.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, calificó estas condiciones como “ultimátums antiguos” y propuso una cumbre con Putin y el presidente estadounidense Donald Trump, como posible vía diplomática para superar el estancamiento actual.
