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Israel intensificó este domingo sus operaciones militares contra Irán, ejecutando una ofensiva simultánea en cuatro regiones del país, incluyendo por primera vez el área central de Yazd, en el décimo día de una escalada bélica que ya involucra directamente a Estados Unidos. La acción israelí se produce horas después de devastadores bombardeos norteamericanos contra instalaciones nucleares iraníes.
De acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), aproximadamente 30 cazas de la Fuerza Aérea lanzaron más de 60 municiones guiadas contra sitios estratégicos iraníes, bajo la coordinación de la Dirección de Inteligencia Militar israelí. Los blancos incluyeron bases de misiles y drones en Isfahan, Bushehr, Ahvaz y Yazd, con énfasis en el Centro de Comando de Misiles Estratégicos “Imam Hussein”, desde donde, según Israel, se habrían lanzado unos 60 misiles hacia su territorio desde el inicio del conflicto.
Las FDI también informaron la destrucción de plataformas de lanzamiento de misiles balísticos, instalaciones de almacenamiento de drones y sitios de producción de baterías de defensa aérea. Durante los bombardeos, una aeronave israelí identificó y neutralizó a soldados iraníes que cargaban lanzadores de misiles.
Estas acciones fueron seguidas por la publicación de material audiovisual donde se observa a la Fuerza Aérea israelí atacando lanzadores de misiles balísticos iraníes preparados para su uso.
La ofensiva israelí coincidió con una operación militar de Estados Unidos que impactó instalaciones nucleares iraníes en Isfahan, Natanz y Fordow. Según el Pentágono, siete bombarderos furtivos B-2 realizaron vuelos de 18 horas desde territorio estadounidense para ejecutar los ataques, que según Washington, “devastaron” la infraestructura del programa nuclear iraní sin afectar a la población civil ni a fuerzas armadas del país.
En respuesta, Irán lanzó 40 misiles contra Israel en lo que calificó como su “vigésima ola” de ataques. Entre los objetivos atacados se encuentran el aeropuerto Ben Gurion, centros logísticos y un sitio de investigación biológica. Al menos 86 personas resultaron heridas en Israel, aunque no se reportaron muertes en áreas residenciales, pese a los importantes daños materiales.
En el plano diplomático, el canciller iraní Abbas Araghchi acusó a Estados Unidos e Israel de haber cruzado una “línea roja” con el bombardeo de instalaciones nucleares, afirmando que la vía diplomática ha sido destruida por estas acciones. Por su parte, altos funcionarios estadounidenses defendieron la operación, asegurando que el programa nuclear iraní fue retrasado significativamente.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que no se detectaron niveles elevados de radiación tras los ataques, pero anunció una reunión de emergencia en Viena para evaluar la situación. La Sociedad de la Media Luna Roja de Irán informó que no hubo víctimas fatales en los sitios bombardeados por Estados Unidos.
La crisis continúa escalando, con acciones militares coordinadas, impactos civiles crecientes y una ruptura progresiva del canal diplomático entre las partes involucradas.