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Buenos Aires, Argentina. — La tensión política en la cúpula del gobierno argentino ha estallado públicamente con la ruptura definitiva entre el presidente Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel. La distancia, que venía gestándose desde los primeros meses de gestión, se tornó irreconciliable esta semana, con declaraciones cruzadas que sacuden el escenario político nacional.
Milei arremetió públicamente contra su compañera de fórmula, calificándola de «traidora», y llegó incluso a declarar que «no sé por qué no puse a mi hermana Karina como vicepresidenta», en una entrevista televisiva que rápidamente generó repercusión en medios y redes sociales.
Villarruel responde: “No traiciono, pero no convalido mentiras ni decisiones que perjudiquen a los argentinos”
La respuesta de Villarruel no se hizo esperar. En un comunicado contundente, la vicepresidenta sostuvo que “no traiciono, pero no convalido mentiras ni decisiones que perjudiquen a los argentinos”, en alusión directa a recientes medidas y declaraciones de Milei con las que dice no estar de acuerdo.
Villarruel también expresó su malestar por las descalificaciones personales y reafirmó su compromiso con «la institucionalidad y la defensa de la Nación», dejando en evidencia una grieta cada vez más profunda en el seno del gobierno libertario.
Un conflicto que venía escalando en silencio
Las diferencias entre Milei y Villarruel no son nuevas. Durante los debates legislativos sobre reformas clave como la Ley Bases, Villarruel adoptó posturas más moderadas e incluso dialoguistas, especialmente con bloques del peronismo federal y sectores de la oposición tradicional.
Por su parte, el presidente ha reforzado su alianza cerrada con su hermana Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, a quien muchos en la Casa Rosada ya consideran como la verdadera figura de mayor confianza del mandatario.
Impacto político y proyecciones futuras
Analistas locales señalan que esta ruptura podría debilitar políticamente al oficialismo, sobre todo en el Senado, donde Villarruel tiene un rol clave como presidenta del cuerpo. También abre interrogantes sobre la gobernabilidad y el futuro del proyecto político libertario.
La oposición ya ha comenzado a capitalizar la fractura interna, mientras que algunos sectores del oficialismo temen que se deteriore aún más la imagen de Milei en medio de un clima económico y social complejo.
