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Washington, D.C. – El presidente Donald Trump firmó este miércoles una orden ejecutiva que impone aranceles del 50% a Brasil, alegando que las acciones del gobierno brasileño representan una emergencia económica bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977. Esta medida responde, según la Casa Blanca, a lo que considera una persecución política sistemática contra el expresidente Jair Bolsonaro y sus simpatizantes, así como violaciones a la libertad de expresión y derechos fundamentales.
Los nuevos aranceles entrarán en vigor en siete días, aunque excluyen importantes productos de exportación brasileña como aviones, jugo de naranja y energía. La administración Trump sostiene que estas acciones buscan proteger tanto la economía como los valores democráticos de Estados Unidos, alineándose con la política de “America First”.
En su declaración oficial, la Casa Blanca denuncia que el gobierno de Brasil, a través del Supremo Tribunal Federal y particularmente del juez Alexandre de Moraes, ha censurado a opositores políticos, incluidas figuras estadounidenses y residentes en EE.UU., como el comunicador Paulo Figueiredo. La orden también menciona el congelamiento de activos de una empresa estadounidense y presiones a plataformas tecnológicas para modificar sus políticas de contenido y entregar datos sensibles.
Como parte de las represalias, Estados Unidos revocó los visados del magistrado de Moraes, otros jueces del alto tribunal brasileño y sus familiares cercanos. La medida fue implementada por el secretario de Estado, Marco Rubio, el pasado 28 de mayo de 2025, como parte de una política que penaliza a individuos extranjeros implicados en restringir la libertad de expresión amparada por las leyes estadounidenses.
Aunque previamente Trump había amenazado con aplicar aranceles con base en desequilibrios comerciales, la nueva orden se fundamenta en el impacto que estas medidas brasileñas tienen sobre empresas estadounidenses y los principios democráticos, a pesar de que Estados Unidos registró un superávit comercial de 6.800 millones de dólares con Brasil en 2024, según datos de la Oficina del Censo.
Estas acciones elevan significativamente la tensión diplomática entre ambos países, en un momento marcado por debates globales sobre censura digital, soberanía tecnológica y derechos civiles. La Casa Blanca reafirma que el uso de aranceles es parte de su estrategia para defender los intereses económicos, la seguridad nacional y los valores fundamentales de los ciudadanos estadounidenses.