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La Fuerza Aérea de Ucrania informó que, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, Rusia lanzó 47 drones de distintos tipos, incluidos kamikaze y réplicas, así como dos misiles de crucero Iskander-K contra varias regiones del país. Según el reporte, las defensas ucranianas derribaron 16 drones kamikaze y uno de los misiles, mientras que se registraron 31 impactos en 15 emplazamientos.
Uno de los misiles alcanzó las inmediaciones de una empresa en la ciudad de Dnipró, dejando tres personas hospitalizadas con heridas de pronóstico moderado. En la región de Kherson, bajo control parcial ruso, un dron impactó un minibús civil, causando dos muertos y seis heridos. En Zaporiyia, otro ataque con dron contra un coche particular dejó dos fallecidos. Además, en Kharkov, seis civiles, incluido un adolescente de 15 años, resultaron heridos durante bombardeos nocturnos.
En medio de estos ataques, el presidente Volodimir Zelensky reiteró que Ucrania no entregará territorio al ocupante y subrayó que cualquier propuesta de paz que excluya a su país es inviable. Señaló que el fin de la guerra depende de la decisión de Rusia y que la integridad territorial ucraniana está protegida por la Constitución.
El mandatario expresó su disposición a trabajar con el expresidente estadounidense Donald Trump y otros socios internacionales para alcanzar un acuerdo de paz “real y duradero”, aunque advirtió que este no podrá lograrse sin la participación directa de Ucrania. También reaccionó al anuncio de un encuentro entre Trump y Vladimir Putin previsto para el 15 de agosto en Alaska, recordando que la guerra sigue activa en suelo ucraniano y que la fortaleza de su nación ha ganado amplio respaldo internacional.