Getting your Trinity Audio player ready...
|

Por Richard Cabrera – Desde hace tiempo me hago una pregunta que, aunque parece sencilla, no tiene respuesta clara:
¿Cómo es posible que un país como Haití, con más de 10 millones de habitantes, esté sometido por bandas criminales que, en conjunto, no llegarían ni a mil hombres?
Un pueblo bajo el control del crimen
Resulta difícil de entender cómo un grupo reducido de delincuentes logra mantener a toda una nación en un estado de miedo y sometimiento. Las noticias son estremecedoras: asesinatos, secuestros, incendios y un clima de terror que golpea, sobre todo, a personas que nada tienen que ver con esos negocios ilícitos.
El papel de Estados Unidos y las potencias
Más incomprensible aún es ver cómo una potencia como Estados Unidos, con todo su poder militar, ha permitido que la situación se deteriore al punto de que incluso se han registrado ataques contra sus ciudadanos e instalaciones.
China, Rusia y otras potencias tampoco han dado pasos concretos para restablecer la paz y la democracia en Haití, dejando al país sumido en el caos.
Impacto en República Dominicana
Mientras tanto, República Dominicana carga con el peso del éxodo haitiano. Nuestro gobierno ha reforzado la seguridad fronteriza, pero ese esfuerzo implica un gran sacrificio económico y político. Incluso, podría haber afectado la popularidad del presidente y generado amenazas que ponen en riesgo su permanencia en el poder.
Una crisis que clama por soluciones
No se trata solo de un problema local. Es una crisis regional con repercusiones humanitarias, económicas y políticas. Las grandes potencias no pueden seguir de brazos cruzados mientras vidas inocentes se pierden y naciones vecinas como la nuestra asumen costos que no les corresponden.
El futuro de nuestros hijos está en juego. Y si el mundo sigue mirando hacia otro lado, las consecuencias serán irreversibles.
Bendiciones para nuestros lectores y gracias por acompañarnos en la reflexión sobre esta dura realidad.