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El alza de precios, impulsada por billetes de avión y combustibles, reduce las probabilidades de nuevos recortes de tipos en 2025
Londres, 20 de agosto de 2025. – La inflación en Reino Unido sorprendió al alza en julio y se situó en 3,8 % interanual, superando el 3,6 % registrado en junio y las previsiones del mercado (3,7 %), según informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS). Se trata del nivel más alto desde enero de 2024 y refleja que las presiones inflacionarias persisten, pese a la reciente tendencia de moderación.
El dato añade presión al Gobierno británico y al Banco de Inglaterra (BoE), que había comenzado un proceso de reducción de los tipos de interés para estimular la economía, pero ahora enfrenta dudas sobre la velocidad y el alcance de esos recortes.
Transporte y combustibles, los grandes impulsores
El incremento estuvo motivado principalmente por el fuerte encarecimiento del transporte aéreo, cuyos precios subieron más de un 30 % en el mes, el mayor salto mensual desde 2001, impulsado por la alta demanda de viajes en temporada de vacaciones escolares.
También se sumaron los mayores costos de combustibles, como gasolina y diésel, que volvieron a subir tras meses de estabilidad. El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas avanzó un 4,9 %, con aumentos notables en carne de res, chocolate, café y jugos, alcanzando su mayor nivel desde febrero de 2024.
Servicios y presión sobre los hogares
La inflación en los servicios se mantuvo cerca del 5 %, con incrementos en alojamiento y restaurantes, lo que evidencia que las presiones internas de precios se extienden más allá de factores estacionales.
Estos aumentos generan mayor presión sobre los hogares británicos, que ven erosionado su poder adquisitivo, y complican las negociaciones salariales en sectores como el público.
Banco de Inglaterra entre la espada y la pared
En su última reunión, el BoE recortó los tipos al 4 %, pero el nuevo repunte reduce las probabilidades de más ajustes en 2025. Analistas prevén que solo se produzca un recorte adicional hacia noviembre, y que el resto de la flexibilización se retrase hasta 2026.
Algunos miembros del propio Banco, como Huw Pill, han advertido que la inflación persistente podría demorar el retorno al objetivo del 2 % hasta 2026.
Según Sanjay Raja, economista senior de un banco alemán, “el IPC general caerá a aproximadamente 2,75 % en el segundo trimestre de 2026, antes de acercarse a 2,25 % en el cuarto trimestre. El camino hacia el 2 % se está estrechando y las presiones alcistas se acumulan”.