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Washington, D.C. – El presidente Donald Trump firmó este jueves un decreto que valida el plan de venta de las operaciones estadounidenses de TikTok a un consorcio de inversores locales e internacionales, cumpliendo con los requisitos de la ley aprobada en 2024 que exige la separación de la aplicación de su propietaria china, ByteDance, para evitar su prohibición en Estados Unidos.
La medida extiende hasta el 16 de diciembre el plazo de aplicación de la norma, permitiendo avanzar en la transferencia de activos, la coordinación con los nuevos inversionistas norteamericanos y la obtención de la aprobación final del Gobierno chino.
En una conferencia de prensa en Inglaterra, Trump aseguró haber alcanzado un acuerdo telefónico con el presidente Xi Jinping, que permitirá a TikTok continuar operando en EE.UU. bajo una nueva estructura. Según el plan, compañías estadounidenses controlarán cerca del 80% de la nueva entidad, mientras que ByteDance y otros inversores chinos retendrán menos del 20%.
La empresa resultante será administrada por un consejo de siete directores, seis de ellos expertos en ciberseguridad y seguridad nacional estadounidenses. El grupo de inversores estará encabezado por Oracle, que supervisará las operaciones locales, proveerá el almacenamiento en la nube de los datos de usuarios y administrará la licencia del algoritmo de recomendación de la aplicación. Otros participantes clave incluyen Silver Lake, Rupert y Lachlan Murdoch, y Michael Dell.
Funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que ni ByteDance ni autoridades chinas tendrán acceso a los datos de los usuarios estadounidenses. Además, el acuerdo contempla el pago de una “tarifa-plus” de varios miles de millones de dólares al Gobierno estadounidense por facilitar la operación, según declaraciones del propio Trump.
Con unos 180 millones de usuarios en EE.UU., TikTok estuvo en el centro de un prolongado debate político por riesgos de seguridad y privacidad de datos. La resolución provisional ofrece certidumbre legal tras meses de negociaciones y coloca a varias compañías estadounidenses en una posición de mayor influencia dentro de la industria de redes sociales.