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Santiago Rodríguez, R.D. – Tras la imposición de prisión domiciliaria al sacerdote Ancelmo Alejandro Peña Sánchez, su equipo legal podría estar construyendo una estrategia de defensa basada en varios ejes jurídicos comunes en este tipo de procesos penales sensibles.
A continuación, algunos posibles argumentos que podría presentar su defensa, en el marco del debido proceso:
1. Presunción de inocencia
“Toda persona se presume inocente hasta que se demuestre lo contrario”.
Este es el principio rector de cualquier proceso penal. La defensa podría insistir en que las acusaciones no constituyen prueba definitiva y que el imputado tiene derecho a permanecer en libertad (o prisión domiciliaria) mientras se investiga.
🔹 2. Ausencia de riesgo procesal
Para evitar la prisión preventiva, se suele argumentar que el imputado:
- No representa riesgo de fuga.
- No ha interferido con la investigación.
- No tiene antecedentes penales.
- Tiene arraigo social y laboral (en este caso, como sacerdote activo en una comunidad).
Estos factores suelen usarse para justificar medidas de coerción menos gravosas, como la que fue impuesta (domiciliaria + fianza).
3. Cuestionamiento de las pruebas
La defensa podría:
- Pedir pruebas contundentes y verificables, como exámenes médicos, testigos presenciales, evidencia documental o mensajes.
- Alegar falta de coherencia en las declaraciones de las denunciantes.
- Solicitar una evaluación psicológica forense para determinar si hay consistencia entre el relato de las víctimas y traumas asociados.
4. Prescripción del delito (si aplica)
Si los hechos denunciados ocurrieron hace muchos años y las víctimas eran menores, la defensa podría intentar argumentar que los plazos legales para presentar la denuncia ya pasaron, dependiendo de lo que establezca el Código Penal y las reformas sobre delitos sexuales.
⚠️ Sin embargo, en muchos países —y cada vez más en República Dominicana— los delitos sexuales contra menores no prescriben o tienen plazos extendidos.
5. Motivaciones personales o institucionales
Otra línea posible (aunque delicada) es sugerir que las denuncias pudieran tener motivaciones externas, como:
- Conflictos internos en la Iglesia o la parroquia.
- Deseo de represalia por decisiones disciplinarias del sacerdote.
- Presión mediática o social que haya influido en las declaraciones.
Este tipo de argumento requiere pruebas sólidas y suele usarse con cautela para no revictimizar.
Estado del proceso
La defensa, en este punto, probablemente se centrará en:
- Evitar prisión preventiva en cárcel.
- Desacreditar pruebas en la fase de instrucción.
- Ganar tiempo para reunir elementos de descargo.
Mientras tanto, el Ministerio Público ya anunció que apelará, buscando prisión preventiva. Si esa apelación prospera, el sacerdote podría ser enviado a un centro carcelario mientras avanza el caso.
Conclusión
Este caso es sensible por tratarse de un religioso, figuras tradicionalmente protegidas por la sociedad, pero también cuestionadas en los últimos años por escándalos similares. La defensa tiene el reto de mantener su inocencia técnica ante la justicia, mientras enfrenta un juicio paralelo en la opinión pública.