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Washington. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó a los cárteles de droga que operan en el Caribe como combatientes ilegales y anunció que el país se encuentra involucrado en un “conflicto armado no internacional”, según un memorando oficial del gobierno revelado por la agencia Associated Press.
El documento, presentado al Congreso por representantes del Pentágono, marca un cambio significativo en el marco legal de las operaciones contra el narcotráfico, lo que ha generado preocupación en diversos sectores políticos. Legisladores de ambos partidos han cuestionado la decisión, alegando que acciones militares de esta magnitud requieren autorización del Congreso bajo la Ley de Poderes de Guerra.
De acuerdo con registros oficiales, cuatro ataques militares recientes fueron dirigidos contra embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas en el Caribe, resultando en 17 presuntos narcotraficantes muertos. El despliegue incluye ocho destructores navales, miles de marines y cazas F-35 destacados en Puerto Rico, un refuerzo que va más allá de las tradicionales operaciones de interdicción de la Guardia Costera.
Trump defendió la estrategia al afirmar que los ataques habrían reducido a cero el flujo de drogas por mar hacia Estados Unidos. Asimismo, advirtió que ahora su gobierno vigilará con mayor atención las rutas terrestres, particularmente desde Venezuela, país que calificó de “muy peligroso”.
La respuesta desde Caracas no se hizo esperar. El presidente Nicolás Maduro firmó un decreto de estado de Conmoción Externa, una medida de emergencia que se aplicaría en caso de agresión, ante lo que Venezuela interpreta como un aumento de la presión militar estadounidense.
Este nuevo giro en la política antidrogas de Washington abre un debate sobre los alcances legales y las implicaciones geopolíticas de la estrategia, mientras el Congreso analiza su papel frente a la escalada militar en el Caribe.
