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Washington, D.C. – El gobierno de los Estados Unidos confirmó este sábado la extradición de los dos sobrevivientes del ataque militar contra un submarino utilizado para el narcotráfico en aguas del Caribe, una operación que dejó dos personas muertas y que forma parte de la ofensiva antidrogas impulsada por la administración de Donald Trump.
El presidente Trump realizó el anuncio a través de su red Truth Social, donde celebró la destrucción de la embarcación y precisó que los sobrevivientes —un ecuatoriano y un colombiano— serán enviados a sus países de origen para ser “detenidos y juzgados conforme a la ley”.
“Fue un gran honor destruir un enorme SUBMARINO QUE TRANSPORTABA DROGAS que navegaba hacia Estados Unidos por una conocida ruta de narcotráfico”, escribió el mandatario, quien además calificó a los tripulantes como “terroristas”.
El operativo, llevado a cabo el pasado jueves en aguas cercanas a Venezuela, se convirtió en el sexto ataque de este tipo realizado por fuerzas estadounidenses en la región durante el último mes, y el primero en el que se reportan sobrevivientes. En las cinco operaciones anteriores, al menos 27 personas murieron, según datos de la administración estadounidense.
Intensificación militar en el Caribe
La ofensiva antidrogas de Washington ha ido en aumento, con un amplio despliegue militar en el Caribe que incluye destructores con misiles guiados, aviones F-35, un submarino nuclear, ocho buques de guerra, bombarderos B-52 y cerca de 10.000 soldados.
El miércoles previo al ataque, bombarderos B-52 sobrevolaron a unos 240 kilómetros de la costa venezolana, mientras que Trump confirmó haber autorizado a la CIA para realizar operaciones encubiertas en Venezuela, bajo el argumento de combatir el narcotráfico y controlar flujos migratorios.
Debate político y legal en EE.UU.
La legalidad de estas acciones ha generado intenso debate político y jurídico dentro de Estados Unidos. Legisladores demócratas y analistas legales han pedido al Ejecutivo que presente pruebas concretas de que las embarcaciones atacadas transportaban drogas, y han cuestionado la falta de autorización del Congreso para realizar operaciones militares de esta magnitud.
La Casa Blanca, sin embargo, sostiene que Estados Unidos mantiene un conflicto armado no internacional con organizaciones narcoterroristas en Venezuela, lo que —según su interpretación— legitima el uso de la fuerza en la región.
Reacción de Venezuela
En Caracas, el presidente Nicolás Maduro calificó la ofensiva como una “agresión estadounidense” y advirtió que su gobierno está preparado para declarar el estado de emergencia y asumir poderes extraordinarios en caso de nuevos ataques.
Este nuevo episodio en la tensión entre Washington y Caracas se suma a un contexto de creciente militarización del Caribe, que ha elevado la preocupación internacional sobre el riesgo de una escalada regional en nombre de la lucha antidrogas.