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Río de Janeiro, Brasil. – octubre de 2025. Río de Janeiro atraviesa una de las jornadas más sangrientas de su historia reciente. Un megaoperativo policial contra el Comando Vermelho (CV), la facción criminal más poderosa de la ciudad, dejó un saldo de más de 130 muertos, convirtiéndose en la redada más letal registrada en la historia carioca.
La acción, desplegada en varias favelas del norte de la ciudad, buscaba frenar la expansión del grupo y capturar a sus líderes, pero terminó revelando la profunda crisis de seguridad y fragmentación social que vive Río: un escenario donde el narcotráfico, las milicias paramilitares y la corrupción estatal se entrelazan en una guerra sin fin.
El Comando Vermelho: medio siglo de poder y violencia
Fundado en los años 70 durante la dictadura militar, el Comando Vermelho nació como una alianza entre presos comunes y militantes de izquierda. Bajo el lema “Paz, Justicia y Libertad”, el grupo evolucionó hasta convertirse en una estructura criminal con presencia en más del 50% del territorio controlado por facciones en Río, según datos de la Universidade Federal Fluminense.
Su poder se basa en el control del narcotráfico en las favelas, donde jóvenes de comunidades empobrecidas son reclutados como “soldados”. El CV mantiene una estructura militar interna, tribunales clandestinos y un código de silencio que castiga con la muerte cualquier traición.
Milicias paramilitares: el otro poder en las sombras
Las milicias, integradas por expolicías y exmilitares, surgieron a principios de los 2000 como supuestas “autodefensas comunitarias”, pero se transformaron en mafias que controlan servicios, cobran extorsiones y dominan más de 160 favelas. Actualmente, se calcula que unos 1,7 millones de cariocas viven bajo su control, mientras que dos millones lo hacen bajo el dominio de facciones narco.
En la última década, las milicias consolidaron una red de corrupción política y policial que dificulta su erradicación. Incluso, algunos de sus líderes han ocupado cargos públicos, como se reveló tras el asesinato de la concejal Marielle Franco, un caso que expuso los nexos entre crimen y poder político.
Río fragmentada: una ciudad entre el miedo y la impunidad
La ciudad de Río de Janeiro se encuentra dividida en feudos criminales. Mientras las zonas norte y sur siguen bajo el control del narcotráfico, las zonas oeste y metropolitanas están dominadas por las milicias. Los enfrentamientos armados son constantes y dejan a miles de familias atrapadas entre las balas.
El reciente operativo contra el Comando Vermelho refleja el fracaso de las estrategias de seguridad tradicionales y el deterioro del Estado en zonas marginales, donde las fuerzas públicas actúan con fuerza temporal, pero sin control permanente.
Expertos advierten que, sin una reforma profunda en los cuerpos de seguridad y políticas sociales efectivas, la violencia continuará repitiéndose con el mismo desenlace: más muertos, más miedo y menos justicia.



