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Santo Domingo.– Un trágico accidente ocurrido el 11 de noviembre de 2023, apenas un día después de que Corey Owen-Cooper obtuviera su licencia de conducir, culminó este 7 de noviembre con una sentencia de cinco años de prisión para el joven británico de 19 años. El caso, que conmocionó a la comunidad local, dejó como resultado la muerte del adolescente Joshua Atkins y heridas graves a otro pasajero.
De acuerdo con el comunicado policial, Owen-Cooper celebraba su recién adquirida “libertad” al volante junto a un grupo de amigos. Durante la noche, condujo el Fiat Punto de un familiar por distintas zonas de la ciudad, realizando maniobras arriesgadas y a gran velocidad, según testigos que presenciaron su comportamiento temerario en un estacionamiento local.
Minutos antes del accidente, Joshua Atkins ocupaba el asiento del copiloto mientras Gabriel Wiggett viajaba en la parte trasera. Al salir del estacionamiento, Owen-Cooper perdió el control del vehículo al calcular mal una curva, circulando a aproximadamente 85 km/h en una vía con límite de 32 km/h. El coche se salió de la carretera, impactó contra una barrera de seguridad y terminó volcado sobre su techo. Owen-Cooper logró salir ileso, pero sus dos acompañantes quedaron atrapados.
Conductores que pasaban por el lugar intentaron auxiliar a las víctimas. Atkins, que no respiraba al momento del rescate, falleció tres días después pese a los esfuerzos médicos. Wiggett sufrió lesiones graves y requirió una extensa recuperación hospitalaria.
Durante la audiencia en el Tribunal de la Corona de Sheffield, se leyeron las primeras palabras del conductor tras el siniestro: “Creo que lo he matado… He matado a mi mejor amigo”. La jueza sentenció a Owen-Cooper a cinco años de cárcel, siete años y tres meses de prohibición para conducir y la obligación de aprobar una prueba de manejo ampliada antes de recuperar la licencia.
La familia de Joshua Atkins expresó su profundo dolor en un comunicado citado por medios internacionales como PEOPLE, subrayando el impacto devastador de la pérdida y llamando a un cambio urgente en la cultura de conducción entre los jóvenes. “Ningún castigo nos devolverá a Joshua, pero esperamos que su historia evite que otros cometan los mismos errores”, señaló su tía, Claire Chapman.
Pese a la tragedia, la memoria de Joshua dejó un legado significativo: sus órganos fueron donados y salvaron la vida de cuatro personas, aportando esperanza en medio del dolor.
Las autoridades reiteraron que el accidente fue consecuencia directa de la velocidad y la conducción imprudente, y que el caso debe servir como una advertencia clara sobre los peligros de actuar de forma irresponsable al volante, especialmente entre conductores recién licenciados.
