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La detención en España de Wilmer Chavarría, alias “Pipo”, marcó un hito en la lucha internacional contra el crimen organizado, poniendo fin a años de persecución contra el líder de Los Lobos, la organización criminal más poderosa de Ecuador. Chavarría fue arrestado tras arribar desde Marruecos bajo una identidad falsa, según confirmaron autoridades españolas y ecuatorianas.
Identificado como el principal estratega de atentados perpetrados para presionar al gobierno del presidente Daniel Noboa, “Pipo” es señalado por coordinar desde el extranjero una serie de ataques que incluyeron coches bomba, drones y amenazas directas contra funcionarios estatales. De acuerdo con el expediente policial, Los Lobos mantuvieron operaciones logísticas en España y Emiratos Árabes Unidos, desde donde se financiaban y planificaban acciones violentas en territorio ecuatoriano.
Tras fingir su muerte en 2021, Chavarría adoptó la identidad de Danilo Ramón Fernández Calderón, alternando residencias en Europa y el Medio Oriente. Su estructura criminal también destinó fondos desde el exterior para mantener el control de Los Lobos, quienes, según datos oficiales, “expandieron su capacidad a escala internacional y desarrollaron alianzas con redes criminales de México, Colombia y varios países europeos”.
El ministro del Interior ecuatoriano, John Reimberg, informó que “Chavarría es responsable de al menos 400 muertes e intentó burlar a la justicia con documentos falsos y cambios de identidad”. El capo habría sometido su apariencia a modificaciones estéticas para evitar su localización.
La caída de “Pipo” llega en un momento de fuerte presión social en Ecuador para reforzar las políticas de seguridad. Su captura se logró mediante una operación conjunta entre gobiernos europeos y latinoamericanos, lo que permitió rastrear sus movimientos entre España, Marruecos y Emiratos Árabes Unidos.
Con la recaptura en mayo de José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de Los Choneros, Chavarría había asumido el liderazgo criminal de facto en Ecuador, consolidando el dominio de Los Lobos sobre rutas de narcotráfico y operaciones de minería ilegal. Su organización mantenía además conexiones con el Cártel Jalisco Nueva Generación y otras redes internacionales.
El enfrentamiento entre Los Lobos y Los Choneros, los primeros aliados del CJNG y los segundos del Cártel de Sinaloa, ha impulsado una escalada de violencia que posicionó a Ecuador como clave en las rutas globales del tráfico de cocaína y oro extraído ilegalmente.
La captura de Chavarría no solo representa un golpe a la estructura delictiva, sino que también expone el creciente modelo de crimen transnacional adoptado por organizaciones ecuatorianas, que operan con sofisticación digital, alianzas internacionales y refugio en países europeos.
Las autoridades esperan que este arresto contribuya a reconfigurar el mapa del crimen organizado en la región y refuerce la cooperación entre países en la lucha contra redes criminales que operan más allá de sus fronteras.
(Con información de EFE)




