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Foz de Iguazú, Brasil.– Seis países latinoamericanos firmaron una declaración conjunta durante la cumbre del Mercosur en la que exigieron al régimen de Nicolás Maduro el restablecimiento del orden democrático y el respeto irrestricto a los derechos humanos en Venezuela.
El documento fue suscrito por los presidentes de Argentina, Javier Milei; Paraguay, Santiago Peña; Panamá, José Raúl Mulino; así como por autoridades de Bolivia, Ecuador y Perú. En el texto, las naciones firmantes manifestaron su profunda preocupación por la grave crisis política, humanitaria, social y migratoria que atraviesa Venezuela, e instaron a la liberación inmediata de todos los presos políticos, así como a la garantía del debido proceso y la integridad física de las personas detenidas arbitrariamente.
La declaración, difundida por el gobierno paraguayo, no contó con la firma de Brasil ni de Uruguay, lo que evidenció diferencias internas dentro del bloque regional. El texto adoptó un tono moderado y evitó referencias directas a Estados Unidos o a su despliegue militar en el Caribe.
No obstante, durante su intervención en la cumbre, el presidente argentino Javier Milei asumió una postura más firme, al respaldar abiertamente la presión ejercida por Estados Unidos sobre el gobierno venezolano y exhortar a los países del Mercosur a condenar de manera tajante lo que calificó como un “experimento autoritario”. Milei reiteró que Venezuela continúa suspendida del Mercosur por violaciones a los compromisos democráticos del bloque y responsabilizó al régimen de Maduro por la crisis que afecta al país.
En contraste, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó cualquier posibilidad de intervención militar en Venezuela, al considerar que una acción de ese tipo tendría consecuencias catastróficas para la región. Uruguay tampoco suscribió la declaración, reflejando la división regional frente a la crisis venezolana.
El pronunciamiento conjunto se produjo en un contexto de creciente tensión internacional, marcado por recientes acciones de Estados Unidos en la región y por el recrudecimiento del debate sobre la situación política y humanitaria en Venezuela, que continúa siendo uno de los principales temas de preocupación en la agenda regional.
