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República Dominicana, mayo de 2025 — Volver a la actividad física después de una etapa sedentaria puede representar un reto para la salud cardiovascular. Por eso, hacerlo de forma gradual y consciente es fundamental para evitar riesgos y mejorar el bienestar general.
La doctora Gosia Wamil, cardióloga de Mayo Clinic Healthcare en Londres, advierte que tras periodos de inactividad, como los causados por rutinas laborales, vacaciones o cambios de estilo de vida, el cuerpo necesita readaptarse progresivamente al esfuerzo físico.
“Es natural querer volver con entusiasmo a las actividades cotidianas, pero es importante escuchar al cuerpo y evitar sobreexigencias. La clave no está en la intensidad, sino en la constancia”, asegura la especialista.
A continuación, comparte cinco recomendaciones clave para reactivarse de forma segura:
- Retomar de manera gradual: comenzar con caminatas suaves o ejercicios de estiramiento y aumentar la intensidad progresivamente. Esto ayuda a reducir el riesgo de lesiones o sobrecargas al corazón.
- Calentar y relajarse: antes de cualquier actividad física, se deben dedicar entre 5 y 10 minutos al calentamiento, y al finalizar, realizar ejercicios de relajación para evitar mareos o caídas de presión.
- Estar atento a señales del cuerpo: si se presentan síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar, palpitaciones o mareos, es fundamental detenerse y buscar atención médica, ya que podrían ser indicios de un problema cardíaco.
- Mantenerse hidratado y vestir adecuadamente: el calor excesivo o la deshidratación pueden afectar el corazón. Es recomendable usar ropa cómoda y adecuada para la temperatura, y beber agua con regularidad, incluso si no se siente sed.
- Consultar con el médico en caso de condiciones previas: personas con hipertensión, diabetes o antecedentes cardíacos deben recibir orientación médica antes de iniciar actividades físicas más exigentes.
Retomar la actividad física con precaución no solo protege el corazón, sino que también mejora la energía y calidad de vida. Incluso los cambios pequeños, como caminar diariamente o hacer estiramientos, pueden tener un impacto significativo en la salud.