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Yenín, Cisjordania ocupada.– Tropas israelíes abrieron fuego al aire este miércoles durante una visita oficial de una delegación diplomática internacional en la localidad palestina de Yenín. El incidente, ocurrido sin dejar heridos ni daños materiales, ha sido confirmado por el ejército israelí, que alegó que los diplomáticos “se desviaron de la ruta establecida”.
La delegación, compuesta por representantes de 27 países, entre ellos España, Francia, Alemania, Italia, Canadá y varios Estados árabes, realizaba una visita organizada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para evaluar la situación del campo de refugiados de Yenín, en el norte de la Cisjordania ocupada.
La alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, calificó de “inaceptable” el tiroteo e instó a Israel a realizar una investigación exhaustiva y garantizar que los responsables rindan cuentas. El Gobierno de España confirmó la presencia de un diplomático español en la comitiva y convocó al encargado de Negocios israelí en Madrid para expresar su protesta formal por el incidente.
En paralelo a estos hechos, las Fuerzas de Defensa de Israel han ordenado la evacuación inmediata de 13 zonas en el norte de la Franja de Gaza, incluidos los campos de refugiados de Yabalia y Beit Lahia, ante la amenaza de nuevos ataques. Según el portavoz militar en árabe, Avichay Adraee, un cohete fue lanzado desde esa región hacia territorio israelí, aunque fue interceptado. Las autoridades israelíes han advertido que se empleará “gran fuerza” contra las zonas desde donde se realicen lanzamientos de proyectiles.
Mientras tanto, al menos 15 camiones con ayuda humanitaria han logrado ingresar este miércoles a Gaza a través del cruce de Kerem Shalom, con destino a los almacenes del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en el centro del enclave. Estos vehículos se suman a los pocos que han conseguido entrar en los últimos días, en un contexto de crisis humanitaria que se agrava tras más de nueve semanas de bloqueo casi total.
Organizaciones internacionales han denunciado que la cantidad de ayuda autorizada por Israel es insignificante frente a las necesidades de la población gazatí, y que la distribución de los suministros dentro del enclave es limitada o inexistente. Antes del cierre casi completo, la ONU calculaba que Gaza necesitaba al menos 500 camiones diarios de ayuda para satisfacer las demandas básicas de su población.
