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La fuga de diez reclusos desde una cárcel en Nueva Orleans ha desatado una investigación a gran escala por parte de las autoridades, quienes buscan esclarecer el grado de participación de varios implicados en el escape. El incidente, ocurrido la madrugada del miércoles, ha puesto en evidencia fallas de seguridad en el centro penitenciario y ha generado nuevas críticas a su gestión.
Uno de los principales señalados es Sterling Williams, empleado de mantenimiento del recinto, arrestado el lunes bajo sospecha de colaborar con los reclusos. Su abogado, Michael Kennedy, asegura que Williams fue manipulado para cerrar el suministro de agua de un inodoro desbordado sin saber que esa acción facilitaría la evasión. Kennedy afirmó que su cliente fue “utilizado como instrumento” y que actuó en respuesta a una amenaza de uno de los internos.
La fuga se concretó cuando los reclusos removieron la unidad de baño tras el corte de agua, cortaron barras de acero y atravesaron un agujero en la pared. Posteriormente, escaparon por el muelle de carga, se deshicieron de sus uniformes y cruzaron la interestatal 10. En el lugar dejaron un mensaje: “Esto fue muy fácil, JA,JA”, según el Departamento de Justicia de Luisiana.
Hasta el momento, cinco de los diez reclusos han sido recapturados. Más de 200 agentes están desplegados en la operación de búsqueda, y las autoridades han ofrecido recompensas por información que conduzca a la localización de los prófugos, considerados peligrosos.
Además de Williams, otras dos personas han sido arrestadas por colaborar en la fuga. Cortnie Harris fue acusada de facilitar el traslado de dos fugitivos tras mantenerse en contacto con uno de ellos, mientras que Corvanntay Baptiste habría suministrado alimentos a otro recluso durante su ocultamiento.
El centro penitenciario, bajo un decreto federal de supervisión desde 2013, ha sido objeto de múltiples denuncias por sobrepoblación, falta de personal y fallas estructurales. Según reportes, al menos un tercio de las cámaras de vigilancia estaban fuera de servicio y muchas cerraduras no funcionaban correctamente.
La fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, y el fiscal de distrito de Orleans Parish, Jason Williams, recorrieron las instalaciones, confirmando que más de una persona participó en la planificación del escape. Mientras tanto, tres empleados de la Oficina del Sheriff han sido suspendidos sin sueldo como parte de una investigación interna. La sheriff Susan Hutson reconoció que la cárcel alberga actualmente a unos 1,400 reclusos, superando ampliamente la capacidad operativa del personal de seguridad.