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Un estudio de 10 años realizado por Mayo Clinic ha revelado que la combinación de cirugía bariátrica y trasplante de hígado en pacientes con obesidad severa no solo es segura, sino que también mejora significativamente la salud a largo plazo. Este enfoque quirúrgico combinado representa una alternativa eficaz para los pacientes que, debido a su peso, tradicionalmente eran excluidos de recibir un trasplante de hígado vital.
La investigación, publicada en Journal of Hepatology, comparó los resultados de pacientes que recibieron únicamente un trasplante de hígado con los de aquellos que se sometieron a ambos procedimientos simultáneamente. Los hallazgos mostraron que los pacientes del grupo combinado experimentaron pérdida de peso sostenida, menor riesgo de diabetes tipo 2 y una reducción en la recurrencia de la enfermedad del hígado graso.
La doctora Julie Heimbach, directora del Centro de Trasplantes de Mayo Clinic en Minnesota y autora principal del estudio, destacó que este enfoque evita complicaciones a largo plazo asociadas con la obesidad, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. “Este doble procedimiento protege al nuevo órgano y mejora notablemente la calidad de vida del paciente”, expresó.
En Estados Unidos, más del 41% de los candidatos a trasplante hepático presentaron un índice de masa corporal superior a 30 en 2022. La obesidad se ha convertido en un factor clave en el desarrollo de enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD), anteriormente conocida como hígado graso no alcohólico, que puede derivar en cirrosis y falla hepática. Los pacientes con IMC superior a 40 suelen ser descartados como candidatos para trasplante.
El doctor Todd Kellogg, cirujano bariátrico y coautor del estudio, subrayó que proteger el nuevo hígado de daños recurrentes es una prioridad. “Combinar ambos procedimientos de forma segura tiene un impacto protector directo sobre el órgano trasplantado y beneficios generales en la salud del paciente”.
Frente al auge de los nuevos medicamentos para pérdida de peso, como los agonistas GLP-1, los especialistas advierten que aunque eficaces en muchos casos, pueden no ser suficientes para pacientes con obesidad severa. En estos casos, la cirugía bariátrica sigue siendo una herramienta clave, tanto antes como después del trasplante.
El doctor Ty Diwan, especialista en trasplantes y también autor del estudio, enfatizó la importancia del abordaje multidisciplinario. “El tratamiento exitoso de estos pacientes requiere colaboración entre diferentes especialidades médicas. Este estudio refleja cómo esa integración mejora los resultados de salud”.
Los hallazgos de Mayo Clinic representan un avance significativo en la atención médica de pacientes con obesidad severa y enfermedad hepática avanzada, al abrir nuevas vías para acceder al trasplante y mejorar la supervivencia y calidad de vida a largo plazo.