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Una intensa ola de calor golpea este fin de semana al sur de Europa, marcando un inicio de verano con temperaturas extremas, riesgos de incendios forestales y advertencias de salud pública en varios países. Las autoridades de España, Portugal, Francia e Italia han emitido alertas rojas y tomado medidas extraordinarias para proteger a la población ante la magnitud del fenómeno.
En Italia, 17 ciudades permanecen en alerta roja desde el sábado, entre ellas Milán, Bolonia, Turín, Nápoles y Palermo, donde se esperan temperaturas de hasta 39 ºC. En Roma, el termómetro ya marcaba 30 ºC a las 10:00 de la mañana y se prevé que ascienda hasta los 37 ºC. Algunas regiones como Liguria y Sicilia han prohibido el trabajo al aire libre durante las horas más calurosas del día, mientras sindicatos solicitan extender esta medida a nivel nacional.
España también se encuentra en el epicentro del fenómeno. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) advirtió que los termómetros podrían alcanzar hasta 43 ºC en el sur del país, especialmente en regiones como el Valle del Guadalquivir, Guadiana, Tajo y Ebro. En Sevilla, ciudadanos y turistas buscan sombra y protección solar ante el calor sofocante, mientras la temperatura del mar supera los 26 ºC, una cifra propia de mediados de agosto, según datos de AEMET.
Portugal no escapa del impacto: dos tercios del país estarán este domingo en alerta naranja, con previsiones de hasta 42 ºC en Lisboa y un alto riesgo de incendios forestales. En Francia, donde se esperan 35 ºC en al menos dos tercios del territorio, la situación se agrava por la llamada «cúpula de calor», un sistema meteorológico que atrapa el aire caliente y lo intensifica. Las noches no ofrecerán mucho alivio, con temperaturas mínimas que no bajarán de los 20 ºC.
El Ayuntamiento de Marsella abrió piscinas municipales de forma gratuita y publicó mapas con espacios públicos climatizados, mientras en Niza se han distribuido ventiladores portátiles en colegios y a personas mayores.
Científicos y organismos meteorológicos vinculan directamente estos fenómenos con los efectos del cambio climático, destacando que las olas de calor, sequías y eventos extremos serán cada vez más frecuentes e intensos. España, en particular, ha vivido los tres años más cálidos de su historia reciente, consolidándose como una de las regiones más vulnerables al calentamiento global.
La ola de calor, que continuará al menos hasta el martes, mantiene a millones de personas bajo condiciones extremas, en un verano que apenas comienza y ya plantea importantes retos sanitarios, medioambientales y de protección civil.