Biografía de una crisis: energía, apagones y facturación en el Gobierno del Cambio

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✍️ Por la Redacción de Portada Nacional

Introducción

Durante el período del llamado Gobierno del Cambio, la situación energética de la República Dominicana ha sido una de las principales fuentes de descontento ciudadano. A pesar de promesas de transformación y modernización del sistema eléctrico, la realidad ha sido marcada por apagones prolongadostarifas elevadas y un creciente malestar social, especialmente en sectores vulnerables y comunidades del interior del país.

La promesa: modernización del sistema eléctrico

Con el ascenso al poder en agosto de 2020, el nuevo gobierno planteó como eje prioritario la reforma del sistema energético, con la intención de mejorar la generaciónreducir pérdidas en distribución y garantizar un servicio estable y justo.

Entre los compromisos asumidos:

  • Aumentar la capacidad instalada de generación eléctrica.
  • Impulsar inversiones en energías renovables.
  • Reestructurar el modelo de subsidios.
  • Atacar las pérdidas técnicas y comerciales en las empresas distribuidoras.

Sin embargo, a pesar de algunas inversiones en plantas y redes, los resultados no han sido proporcionales a las expectativas generadas.

Realidad en las calles: apagones e incertidumbre

Desde mediados de 2022 hasta la actualidad, los apagones han aumentado de forma alarmante. Sectores populares como Los Alcarrizos, Villa Mella, San Cristóbal, Moca, Barahona, San Pedro de Macorís y Santiago han reportado interrupciones eléctricas de hasta 8 y 12 horas diarias.

Aunque el gobierno ha atribuido los apagones a mantenimiento programadoclima adversodéficit en generación o problemas puntuales en redes, para la población el fenómeno se ha vuelto cotidiano y desesperante.

“Hablan de eficiencia, pero yo paso el día sin luz y la factura sigue igual o más cara”, comenta doña Mercedes, residente en el sector Gualey.

Facturación elevada: ¿a qué se debe?

Uno de los puntos más controversiales ha sido el aumento sostenido en las facturas eléctricas, incluso en hogares donde se denuncia haber tenido poco o ningún suministro.

Este fenómeno ha sido impulsado por:

  • Eliminación parcial del subsidio cruzado en las tarifas.
  • Ajustes mensuales por indexación de precios internacionales.
  • La revisión del pacto eléctrico, que ha dejado grietas sin resolver.
  • Problemas en la lectura de medidores y cobros estimados por parte de las EDE.

Para miles de dominicanos, el costo de la energía se ha convertido en una carga insoportable, lo que ha provocado protestas, cacerolazos y reclamos en comunidades enteras.

Las EDE: el punto crítico de la discusión

Las tres empresas distribuidoras —Edenorte, Edesur y EdeEste— han sido blanco constante de críticas por su falta de eficiencia, poca respuesta ante quejas y presuntas irregularidades en la facturación.

Aunque el gobierno ha hecho cambios en sus direcciones, promovido auditorías internas y llamado a la transparencia, los informes de pérdidas siguen situándose entre 30 % y 35 %, lo que representa miles de millones de pesos anuales absorbidos por el Estado.

Energía renovable: luces que aún no brillan con fuerza

El discurso oficial también ha puesto énfasis en la transición energética hacia fuentes renovables, como solar y eólica. Varios proyectos han sido anunciados en Montecristi, Azua y Peravia.

No obstante, los expertos aseguran que la capacidad renovable aún representa un porcentaje menor del total, y que los grandes avances en la matriz eléctrica no se han traducido en mejor servicio ni tarifas más accesibles para la mayoría.

Conclusión: ¿Cambio o continuidad del problema?

La gestión actual heredó un sistema energético con fallas estructurales acumuladas por décadas, pero las acciones tomadas no han logrado romper el círculo vicioso de apagones, déficit y frustración.

Mientras las autoridades insisten en que se están haciendo esfuerzos “históricos”, para muchos ciudadanos el resultado es el mismo de siempre: oscuridad, calor, electrodomésticos dañados y facturas inexplicables.

El pueblo espera más que discursos: espera energía, estabilidad y respeto a su bolsillo.

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