Brasil enfrenta riesgo económico por aranceles del 50% anunciados por EE. UU.

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Brasilia. – A solo días de que entren en vigor los aranceles punitivos del 50% anunciados por el expresidente Donald Trump, Brasil busca evitar una medida que podría tener efectos devastadores para su economía, pero los intentos diplomáticos siguen sin respuesta y el diálogo bilateral permanece congelado.

Según fuentes diplomáticas y líderes empresariales consultados por Reuters, no ha habido avances significativos desde que en mayo el gobierno brasileño envió una contrapropuesta a Washington, la cual no ha recibido respuesta formal. La medida arancelaria, anunciada por Trump el pasado 9 de julio, estaría vinculada al trato del gobierno brasileño hacia el expresidente Jair Bolsonaro, quien actualmente enfrenta un juicio por su supuesta participación en un intento de golpe de Estado.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva calificó la amenaza arancelaria como “chantaje inaceptable” y criticó la falta de comunicación directa con el exmandatario estadounidense. “Si él quisiera hablar, levantaría el teléfono y me llamaría”, declaró Lula durante un evento el jueves.

El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, reiteró el pasado sábado al secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, la voluntad del país de llegar a un acuerdo, sin que hasta ahora se haya producido un reinicio de las negociaciones.

Mientras tanto, la incertidumbre aumenta entre las empresas brasileñas exportadoras. Según estimaciones de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), los aranceles podrían provocar la pérdida de más de 100,000 empleos y una caída de 0.2% en el Producto Interno Bruto. El impacto en la agroindustria sería especialmente fuerte, con una posible reducción del 50% en el valor de las exportaciones al mercado estadounidense.

Empresas como WEG están considerando reestructurar sus cadenas de suministro para exportar desde plantas en México o India, mientras que Naturafrig Alimentos ya ha comenzado a redirigir envíos a otros destinos. Algunas compañías, como Johanna Foods, han optado por acciones legales en contra de la medida, mientras sectores como el acero y los productos químicos reportan cancelaciones de contratos.

En el plano político, un grupo de senadores demócratas condenó la iniciativa arancelaria en una carta enviada a Trump, describiéndola como un “claro abuso de poder”.

A pocos días del 1 de agosto, fecha prevista para la entrada en vigor de los aranceles, el gobierno brasileño continúa buscando salidas diplomáticas y respaldo empresarial para evitar un golpe económico que, según representantes del sector, podría ser más severo que el ocasionado por la pandemia.

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