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Francia se encuentra consternada tras un trágico accidente ocurrido durante el Rally de la Fourme, en la comuna de Saint-Just, que dejó un saldo de dos personas fallecidas y una tercera en estado crítico. El siniestro se produjo en la mañana de este sábado, alrededor de las 10:00 hora local, cuando un vehículo participante —un Peugeot 208 modificado— se salió de la vía en un tramo recto de la etapa entre Baffie y Fontlobines, arrollando a varios espectadores ubicados al borde del trazado.
Dos personas murieron en el acto y una tercera fue trasladada de urgencia al hospital de Clermont-Ferrand con heridas graves. La conductora del automóvil resultó con lesiones leves. Además, varias personas presentes en el lugar sufrieron crisis nerviosas y requirieron asistencia médica.
La magnitud del accidente movilizó a una decena de agentes policiales, bomberos y un helicóptero del Servicio de Seguridad Civil francés. El prefecto del departamento de Puy-de-Dôme, Joël Mathurin, se trasladó a la zona para coordinar las labores de emergencia y brindar declaraciones oficiales. Ante lo ocurrido, las autoridades decidieron suspender inmediatamente la competición y solicitaron a los espectadores que abandonaran el lugar, mientras se abría una investigación para esclarecer los hechos.
El organizador del evento declaró a medios locales que las víctimas se encontraban en una zona marcada como restringida, lo que abre cuestionamientos sobre la eficacia de los controles de seguridad y el comportamiento del público durante la competencia.
Este trágico episodio ocurre apenas un año después de un accidente similar en el mismo rally, cuando un comisario de carrera perdió la vida tras ser atropellado por un vehículo fuera de control. La repetición de este tipo de sucesos ha reavivado el debate en torno a los protocolos de seguridad en las carreras automovilísticas regionales, particularmente en zonas rurales del país.
El accidente ocurrió cerca de Arlanc, al este del departamento, y afectó la percepción de un evento que, tradicionalmente, congrega a cientos de aficionados y forma parte de la vida cultural local. La investigación deberá determinar las causas exactas del incidente, incluyendo si existieron fallas en la organización o en la delimitación de las áreas para el público.
La región de Puy-de-Dôme lamenta la pérdida de vidas humanas y enfrenta, una vez más, la necesidad de revisar y fortalecer las medidas de seguridad en sus eventos deportivos para evitar futuras tragedias.
