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Gaza / Jerusalén. – La guerra en la Franja de Gaza ha dejado ya más de 60.000 muertos, según organizaciones humanitarias palestinas, una cifra que sigue aumentando en medio de denuncias internacionales sobre el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel, respaldado política y militarmente por Estados Unidos.
Una población al borde del exterminio
El conflicto, que se ha prolongado por meses, no solo ha causado la muerte de decenas de miles de personas, en su mayoría civiles, sino que ha destruido gran parte de la infraestructura básica en Gaza. Hospitales, escuelas y barrios enteros han quedado reducidos a escombros, lo que ha generado acusaciones de que se está exterminando a una población entera bajo el amparo de la guerra.
Las organizaciones de derechos humanos advierten que el bloqueo y los bombardeos han dejado a millones de palestinos sin acceso estable a agua, electricidad, medicinas y alimentos.
Estados Unidos, señalado como aliado clave
Estados Unidos ha sido acusado de sostener a Israel en este conflicto mediante apoyo diplomático en organismos internacionales, así como con la entrega de armas y financiamiento militar. El presidente estadounidense ha defendido públicamente el “derecho de Israel a defenderse”, lo que ha desatado críticas tanto en Oriente Medio como en sectores progresistas de su propio país.
Para analistas internacionales, el respaldo de Washington es lo que permite que Israel mantenga la ofensiva a gran escala, pese a las advertencias de Naciones Unidas y la creciente condena global.
Una crisis humanitaria sin precedentes
Agencias de ayuda como la ONU y la Cruz Roja han calificado la situación en Gaza como una de las peores crisis humanitarias del siglo XXI. El secretario general de la ONU ha pedido un alto al fuego inmediato y acceso humanitario sin restricciones, advirtiendo que “la población de Gaza enfrenta un nivel de sufrimiento insoportable”.
Organizaciones médicas también han denunciado que los ataques han alcanzado instalaciones hospitalarias, dejando al sistema de salud al borde del colapso y obligando a médicos a atender a los heridos sin suministros básicos.
Crece la presión internacional
Mientras los gobiernos de la región, la Unión Europea y varios países latinoamericanos condenan la ofensiva, en las calles del mundo se multiplican las marchas en solidaridad con el pueblo palestino. La opinión pública global exige el fin de una guerra que muchos califican como un genocidio en curso.