Getting your Trinity Audio player ready...
|
Washington y Caracas elevan tensiones
La crisis entre Estados Unidos y Venezuela cumple ya 35 días de amenazas y advertencias por parte de Washington hacia el gobierno de Nicolás Maduro. El presidente venezolano ha exigido respeto al cumplimiento de protocolos internacionales, mientras el Pentágono continúa desplegando fuerzas en el Caribe como parte de su ofensiva contra el narcotráfico y el crimen transnacional.
Incautación de barco con fentanilo
En las últimas horas, un buque identificado como Tribó II fue interceptado con un cargamento de fentanilo, sustancia que el gobierno estadounidense ha calificado como una de las principales amenazas de salud pública en su territorio. El decomiso se suma a otros operativos recientes que involucran embarcaciones venezolanas en aguas internacionales.
El presidente Donald Trump afirmó que “ningún narcoterrorista tendrá vía libre en el Caribe”, reiterando que cualquier intento de transportar drogas será neutralizado de inmediato.
Operativos nocturnos con aviones F-35
Fuentes militares confirmaron que al menos 10 aviones F-35 han iniciado operativos nocturnos en la región, incrementando la presión sobre el régimen venezolano. Estos vuelos de patrullaje forman parte de una estrategia de disuasión que combina inteligencia aérea, despliegue naval y ataques cinéticos autorizados directamente por la Casa Blanca.
Reacción del gobierno venezolano
Desde Caracas, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, calificó las acciones de Estados Unidos como una “provocación inaceptable”, aunque reconoció que la nación se mantiene en estado de alerta frente a los movimientos militares en el Caribe. “No vamos a permitir que se vulnere nuestra soberanía bajo excusas de lucha antidrogas”, sostuvo.
Un conflicto que escala cada día
La combinación de ataques, decomisos y operativos aéreos refleja una escalada peligrosa en la relación entre Venezuela y Estados Unidos. Mientras Trump insiste en vincular al gobierno de Maduro con redes de narcotráfico, Caracas denuncia que se trata de un intento de intervención disfrazado de cooperación antidrogas.
El desenlace de esta crisis sigue siendo incierto, pero los operativos nocturnos con F-35 y los constantes decomisos de fentanilo sugieren que la tensión podría aumentar en las próximas semanas.