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Caracas / Washington.– En medio de una escalada diplomática y militar con Estados Unidos, el régimen de Nicolás Maduro realizó este sábado una jornada de adiestramiento militar abierta a civiles en varias zonas urbanas de Venezuela, mientras el presidente estadounidense Donald Trump lanzó una severa advertencia contra Caracas por el asunto de migrantes deportados, que calificó de consecuencias “incalculables” si Venezuela no colabora.
Militares y milicia en la calle: qué ocurrió
El Gobierno venezolano desplegó blindados y unidades de la Fuerza Armada y la Milicia Bolivariana para realizar ejercicios y talleres dirigidos a civiles voluntarios: prácticas sobre manejo de armas, primeros auxilios, técnicas de camuflaje y enseñanzas del llamado “método táctico de resistencia revolucionaria”. Imágenes y reportes locales muestran tanquetas recorriendo autopistas y la realización de pequeños grupos de instrucción en barrios como Petare.
Motivación oficial y reacción del Ejecutivo
El llamado lo hicieron públicamente el propio Nicolás Maduro y el líder chavista Diosdado Cabello, que pidió a “toda la población” sumarse a la preparación para defender la patria ante lo que Caracas describe como amenazas externas. El Ejecutivo justifica estas jornadas como preparación ciudadana frente a un supuesto plan de agresión o presiones desde Washington.
Denuncias de acciones militares y operaciones marítimas
En las últimas semanas Estados Unidos ha incrementado su presencia y acciones en el Caribe, incluyendo lo que la Casa Blanca y el propio presidente Trump describen como ataques contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico o a grupos criminales. Las autoridades estadounidenses han informado de al menos tres operaciones letales en el mes que, según diferentes comunicados, dejaron personas muertas y alimentaron la tensión entre ambos países. Caracas ha calificado esas acciones como una “amenaza” y habla de un intento de cambio de régimen.
La amenaza de Trump y el foco migratorio
Trump publicó mensajes advirtiendo a Caracas que enfrentaría un “precio incalculable” si no acepta la devolución de personas que, según la versión de la administración estadounidense, fueron enviadas o forzadas hacia EE. UU. por Venezuela. La acusación —y la amenaza— elevan la disputa bilateral centrada en migración, seguridad y operaciones navales en la región. Observadores y gobiernos de la región han mostrado preocupación por el riesgo de escalada.
