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El Estadio Nacional de Tokio vivió un momento de tensión durante el Mundial de Atletismo, cuando la heptatleta británica Abigail Pawlett sufrió una fuerte caída en la prueba de 100 metros vallas, parte del heptatlón femenino.
Al rozar la última valla, Pawlett perdió el equilibrio y se precipitó al suelo, golpeando con fuerza la parte trasera de la cabeza contra la pista. Visiblemente afectada y entre lágrimas, la atleta logró cruzar la meta mientras su entrenadora y sus compañeras de equipo, Katarina Johnson-Thompson y Jade O’Dowda, acudieron a consolarla.
Inquietud por su estado físico y emocional
La caída generó incertidumbre sobre su salud entre los presentes en el estadio. En ese momento no se confirmó si Pawlett podría continuar en la competencia ni si se aplicaron protocolos médicos específicos para descartar una conmoción cerebral.
La atleta, de 22 años, había registrado previamente una marca personal de 12.94 segundos en los 100 metros vallas este año, pero tras el accidente recibió un tiempo oficial de 14.70 segundos, el más lento entre las 23 competidoras de la ronda eliminatoria.
Las cámaras captaron su retirada del escenario entre sollozos, mientras el personal médico permanecía disponible para atenderla, generando debates sobre seguridad y protocolos en eventos de alto nivel.