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Ciudad del Vaticano. — Un insólito y repudiable acto de vandalismo sacudió este viernes al corazón del catolicismo, cuando un hombre orinó sobre el altar central de la Basílica de San Pedro durante la celebración de una misa, ante la mirada atónita de cientos de fieles y turistas.
El hecho, ocurrido en uno de los lugares más sagrados del cristianismo, fue grabado en video y rápidamente se volvió viral en redes sociales, generando indignación a nivel mundial.
🔹 El incidente en pleno altar
Según medios italianos como Corriere della Sera, el individuo se subió al Altar de la Confesión, ubicado justo bajo la cúpula de Miguel Ángel, y comenzó a orinar mientras un guardia de seguridad intentaba detenerlo.
En el video —difundido por turistas presentes en el templo— se observa al hombre realizando el acto, mientras los agentes del Vaticano corren hacia él. Segundos después, el sujeto se sube los pantalones y es retirado del lugar por dos guardias entre gritos de incredulidad y consternación.
🔹 Reacción del Papa Francisco
De acuerdo con el diario Il Tempo, el Papa Francisco fue informado de inmediato del incidente, ocurrido precisamente en el lugar donde él celebra habitualmente las misas más solemnes.
Fuentes cercanas al Vaticano aseguran que el Pontífice se mostró profundamente consternado y pidió una revisión urgente de los protocolos de seguridad.
“Es un acto que hiere el espíritu de los creyentes y profana uno de los espacios más sagrados de la fe católica”, expresó una fuente eclesiástica citada por el medio romano.
🔹 No es el primer acto vandálico
Este nuevo suceso se suma a una serie de episodios recientes de profanación y vandalismo dentro del Vaticano.
En febrero pasado, un ciudadano de origen rumano derribó varios candelabros durante una ceremonia en un altar secundario, generando también alarma por la falta de controles en zonas restringidas del templo.
🔹 Refuerzo de la seguridad en el recinto
Hasta el momento, las autoridades vaticanas no han emitido un comunicado oficial sobre el incidente, aunque se espera que en los próximos días se anuncien medidas más estrictas de seguridad dentro de la Basílica de San Pedro, que recibe cada año a millones de peregrinos y visitantes de todo el mundo.
El caso ha desatado un intenso debate sobre la vulnerabilidad de los espacios religiosos ante actos de provocación o desequilibrio mental, en un contexto de creciente tensión social y religiosa en Europa.