Trump declara guerra a los cárteles y promete “hacer desaparecer” a los narcoterroristas

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El presidente de Estados Unidos ordena ataques militares en el Caribe y activa una fuerza conjunta antinarcóticos con el objetivo de frenar el tráfico de drogas hacia el país.

Washington, EE. UU. — Portada Nacional.
El presidente Donald Trump ha lanzado una ofensiva sin precedentes contra los cárteles de la droga, declarando que “hará desaparecer a los narcoterroristas” en el marco de una nueva estrategia militar para combatir el tráfico ilícito de sustancias hacia Estados Unidos. La medida marca un punto de inflexión en la política antidrogas estadounidense, al reconocer oficialmente la existencia de un “conflicto armado no internacional” contra organizaciones criminales transnacionales.

De acuerdo con un memorándum enviado el 30 de septiembre al Congreso, la Casa Blanca informó que el país ha llevado a cabo cuatro ataques letales contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe desde principios de septiembre.
El Departamento de Guerra confirmó además la creación de una Fuerza Operativa Conjunta Antinarcóticos, bajo la jurisdicción del Mando Sur, destinada a “aplastar a los cárteles, detener el veneno y mantener a salvo a Estados Unidos”.

“El mensaje es claro: si traficáis con drogas hacia nuestras costas, os detendremos en seco”, advirtió el secretario de Guerra Pete Hegseth a través de su cuenta en X.

Un nuevo frente en la guerra antidrogas

Expertos del Atlantic Council señalaron que esta ofensiva abre la posibilidad de operaciones militares selectivas dentro de Venezuela, lo que representa una ampliación significativa del campo de acción estadounidense en América Latina.
Geoff Ramsey, investigador del organismo, indicó que el Pentágono estaría evaluando “objetivos dentro del territorio venezolano”, una medida que —de concretarse— supondría la escalada más directa de Washington contra redes criminales asociadas al narcotráfico en la región.

“Trump está llevando la guerra estadounidense contra las drogas a un nivel que ninguna administración anterior se había atrevido a alcanzar”, declaró Ramsey.

En los últimos meses, el presidente ha reforzado la presencia naval estadounidense en el Caribe, incluyendo destructores con misiles guiados para patrullar rutas marítimas utilizadas por los cárteles. Las autoridades prevén que el despliegue continúe durante varios meses, con rotaciones de buques y personal militar.

Reacciones políticas y controversia legal

La decisión de Trump ha generado una intensa polémica en el Congreso de Estados Unidos. Los senadores demócratas Adam Schiff y Tim Kaine presentaron una resolución que buscaba limitar la capacidad del Ejecutivo para emprender hostilidades sin autorización legislativa.
Aunque la iniciativa fue rechazada por un estrecho margen de 51 votos contra 48, contó con el apoyo de algunos republicanos, como Rand Paul y Lisa Murkowski.

“El Congreso no ha autorizado el uso de la fuerza de esta forma. Es claramente inconstitucional”, expresó Schiff tras la votación.

Por su parte, el senador republicano Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, defendió la ofensiva militar y calificó la resolución opositora como “irrazonable”.
Mientras tanto, analistas como Nathan Jones, del Instituto Baker de Políticas Públicas, sostienen que los ataques difícilmente detendrán el flujo de fentanilo, ya que los precursores químicos provienen de China y se procesan en laboratorios de México, utilizando principalmente rutas terrestres.

Impacto regional y advertencia a los cárteles

El nuevo enfoque de la administración Trump reconfigura el mapa del combate al narcotráfico en América Latina, especialmente en el Caribe y la frontera colombo-venezolana.
Aunque por el momento los ataques se concentran en el mar, el propio presidente no ha descartado acciones dentro del territorio venezolano, lo que podría desencadenar tensiones militares con el gobierno de Caracas.

“Miraremos muy seriamente a los cárteles que vienen por tierra”, dijo Trump ante mandos militares en Quantico, Virginia.

La ofensiva, descrita por observadores como una “guerra contra los narcoterroristas”, busca enviar un mensaje contundente a los grupos criminales que operan en la región: “No hay refugio para los traficantes que amenacen la seguridad de Estados Unidos”.

Conclusión

La “guerra de Trump contra los cárteles” marca una nueva etapa en la política de seguridad hemisférica de Washington, con implicaciones que podrían extenderse más allá del Caribe.
Mientras el presidente refuerza su retórica de “mano dura”, el debate en el Congreso y entre aliados internacionales apenas comienza, en un escenario donde la frontera entre la seguridad nacional y la diplomacia militar se vuelve cada vez más difusa.

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