El caso del “Estrangulador de Boston”: el asesino que sembró terror y aún genera dudas

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Boston, Massachusetts. – Durante los primeros años de la década de 1960, la ciudad de Boston vivió una de las etapas más oscuras de su historia. Una serie de asesinatos brutales contra mujeres solteras sembró el pánico en los barrios residenciales, marcando el inicio del caso que más tarde se conocería como el del “Estrangulador de Boston”.

Entre 1962 y 1964, trece mujeres fueron atacadas y estranguladas en sus propios hogares. Las autoridades desplegaron una de las investigaciones más extensas de la época, pero durante años no lograron identificar al responsable. El miedo se apoderó de la ciudad: las cerraduras se multiplicaron, las mujeres evitaban salir solas y la prensa alertaba sobre un asesino en serie que parecía inalcanzable.

Décadas después, un avance forense permitió vincular genéticamente al exmilitar Albert DeSalvo con una de las víctimas, Mary Sullivan, cerrando parte del enigma que había intrigado a generaciones. El hallazgo, basado en pruebas de ADN obtenidas tras la exhumación de su cuerpo en 2013, confirmó con un 99,9% de certeza su implicación en al menos uno de los crímenes.

Un hombre con un pasado violento

Albert DeSalvo nació en 1931 en Chelsea, Massachusetts, en el seno de una familia marcada por el abuso y la violencia. Desde joven mostró comportamientos agresivos y delictivos que lo llevaron a reformatorios y, más tarde, a prisión. Tras su paso por el ejército estadounidense, se casó y tuvo dos hijos, pero su vida delictiva continuó.

Fue arrestado en 1964 por una serie de agresiones sexuales y, mientras estaba recluido en el Hospital Estatal de Bridgewater, confesó ser el responsable de los asesinatos que aterraron a Boston. Sin embargo, nunca fue juzgado por esos crímenes debido a la falta de pruebas físicas. En 1967 fue condenado a cadena perpetua por otros delitos y murió apuñalado en prisión seis años después.

Confesión o manipulación

La confesión de DeSalvo siempre ha estado envuelta en controversia. Expertos forenses y exagentes del FBI han puesto en duda que fuera el único responsable. La diversidad de métodos, edades y contextos de las víctimas sugiere, según los especialistas, la posible participación de más de una persona.

El psiquiatra forense Ames Robey afirmó que DeSalvo “deseaba tanto ser el Estrangulador de Boston que terminó creyéndolo”, mientras que el exagente del FBI Robert Ressler señaló que los patrones de los asesinatos eran “demasiado diversos para corresponder a un solo individuo”.

Algunos investigadores apuntan incluso a George Nassar, compañero de celda de DeSalvo, como la posible mente detrás de los crímenes o quien le habría proporcionado los detalles para fabricar una confesión creíble.

ADN y nuevas teorías

Aunque la prueba genética confirmó su relación con el asesinato de Mary Sullivan, las dudas sobre los demás casos persisten. Documentales como The Boston Strangler: Unheard Confessions han reabierto el debate sobre si DeSalvo actuó solo o si existió más de un asesino.

Más de sesenta años después, el caso del “Estrangulador de Boston” sigue siendo un símbolo del terror urbano y de las fallas judiciales de su tiempo. Entre la ciencia, el mito y la tragedia, la figura de Albert DeSalvo continúa generando miedo y fascinación en igual medida, recordando que algunos misterios, incluso con ADN de por medio, jamás se cierran del todo.

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