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Washington, D. C. – El cierre del gobierno estadounidense, que ya supera los 36 días, podría desencadenar un caos sin precedentes en los aeropuertos del país si no se logra una reapertura antes del feriado de Thanksgiving (Acción de Gracias), una de las fechas con mayor movimiento aéreo del año.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que a partir del viernes se solicitará a las aerolíneas cancelar vuelos y reducir en un 10 % la capacidad operativa en al menos 40 aeropuertos, incluyendo los más concurridos como Atlanta, Chicago, Nueva York y Los Ángeles.
La medida busca “reducir la presión sobre el control aéreo”, un sector gravemente afectado por el alto nivel de ausentismo debido a la falta de pago. Los controladores aéreos no reciben salario desde el 1 de octubre, lo que ha generado protestas y renuncias en distintos puntos del país.
“Si el gobierno no reabre antes de Thanksgiving, el país enfrentará un caos sin precedentes. Miles de pasajeros podrían perder sus vuelos y los aeropuertos quedarían prácticamente paralizados”, alertó el analista Richard Cabrera, al referirse al impacto que tendría la prolongación del cierre.
El cierre gubernamental se mantiene debido a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso sobre la aprobación del nuevo presupuesto federal. Mientras tanto, los servicios esenciales, como el control del tráfico aéreo, operan bajo mínimos, y los trabajadores federales continúan laborando sin recibir su salario.
Analistas advierten que, de no llegar a un consenso en los próximos días, el país podría enfrentar una de las mayores crisis de movilidad aérea de su historia moderna, afectando a millones de viajeros nacionales e internacionales.
