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El conflicto armado que libran los ejércitos de Tailandia y Camboya en su zona fronteriza ha dejado al menos 52 muertos, una cifra que ya supera a las 50 víctimas mortales registradas durante el enfrentamiento de julio pasado entre ambas naciones.
De acuerdo con el Comando de Operaciones de Seguridad Interna de Tailandia, el número de soldados tailandeses fallecidos ascendió este miércoles a 19, mientras que se mantiene en 16 la cifra de civiles muertos. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Defensa de Camboya, Maly Socheata, confirmó 17 civiles muertos, entre ellos un niño.
Una disputa histórica reavivada
Las cifras oficiales sitúan por encima del medio centenar las víctimas mortales de este nuevo episodio del conflicto, que responde a una histórica disputa territorial por la soberanía de áreas cercanas a su frontera común, de unos 820 kilómetros, cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya formaba parte de la Indochina francesa.
Desde Nom Pen, las autoridades aseguraron que las fuerzas tailandesas han “intensificado sus ataques” en determinados puntos fronterizos y denunciaron nuevos bombardeos con aviones de combate F-16 en las últimas horas.
Guerra de cifras e información
Además del enfrentamiento militar, ambos países libran una guerra de cifras. Camboya evita divulgar información sobre bajas militares, mientras que Tailandia sostiene que hay más de 500 bajas en el lado camboyano.
La semana pasada, autoridades camboyanas calificaron de “falsa” la información difundida por Bangkok sobre muertes entre sus soldados. Desde el Ministerio de Defensa tailandés se reconoce, además, que el conflicto incluye una “guerra de información”, según medios locales.
Once días de violencia continua
La actual oleada de ataques cruzados —cuyo detonante sigue sin estar claro y sobre el cual ambas partes se acusan mutuamente— comenzó el 7 de diciembre y ya se extiende por 11 días, superando ampliamente los cinco días que duró el enfrentamiento de julio, el cual cesó tras la mediación de varios países, entre ellos Estados Unidos.
El presidente estadounidense Donald Trump se atribuyó entonces haber puesto fin, aunque de forma temporal, a las hostilidades. No obstante, su reciente intervención tras el resurgimiento del conflicto no ha logrado resultados visibles.
Tensiones diplomáticas
El primer ministro tailandés Anutin Charnvirakul afirmó este jueves, tras una conversación telefónica con Trump la semana pasada, que el mandatario estadounidense debería “pedirle a Camboya que deje de disparar primero”, asegurando que Tailandia nunca ha iniciado los ataques.
Mientras continúan los combates, la comunidad internacional observa con preocupación una escalada que amenaza con prolongar la inestabilidad en una de las fronteras más sensibles del sudeste asiático.