El clima de tranquilidad que rodeaba la jornada electoral en Ecuador se vio empañado por un trágico suceso: el asesinato del director de una cárcel en pleno referéndum nacional convocado por el presidente Daniel Noboa. Cosme Parrales, quien había asumido recientemente el cargo en la prisión de El Rodeo, fue abatido a tiros por presuntos sicarios mientras almorzaba en una cevichería en Jipijapa, cerca de Portoviejo, Manabí.
Este acto de violencia marca el tercer asesinato de una autoridad en menos de una semana en Ecuador, sumándose a los homicidios de dos alcaldes en municipios del sur del país con presencia de actividades mineras ilegales. La tragedia de Parrales interrumpe la calma de una jornada electoral que hasta entonces se desarrollaba sin sobresaltos, a pesar de las intensas lluvias que afectaron la apertura de algunos centros de votación.
La gestión penitenciaria y la seguridad carcelaria forman parte de las once preguntas del plebiscito impulsado por Noboa, que busca que los ecuatorianos se pronuncien sobre medidas clave en la lucha contra el crimen organizado, la inversión y la generación de empleo. Entre las propuestas destacan la militarización de los accesos a las cárceles y el apoyo permanente de las Fuerzas Armadas a la Policía en operativos contra la delincuencia, sin necesidad de estados de excepción.
El referéndum también aborda otras iniciativas como el destino del armamento incautado a la delincuencia para equipar a las fuerzas estatales, la creación de juzgados especializados en derecho constitucional y la facilitación de contratos temporales por horas para fomentar la empleabilidad.
El trágico suceso de Parrales pone de relieve la urgencia de abordar la violencia y el crimen organizado en Ecuador, desafiando la seguridad y estabilidad del país en un momento crucial para su futuro político y social.
