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Ayer se lanzó una poderosa campaña de vallas publicitarias en Times Square, resaltando las trágicas consecuencias de la prohibición total del aborto en la República Dominicana. Esta campaña coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y busca visibilizar las violaciones a los derechos humanos y la pérdida de vidas que enfrentan las mujeres dominicanas bajo una de las legislaciones más restrictivas del mundo en materia reproductiva.
La activista feminista Sergia Galván Ortega, cofundadora de la Coalición por la Vida y los Derechos de las Mujeres, expresó: “Al apoyar a mi comunidad, desde Santo Domingo hasta Times Square, sé que los dominicanos están agotados, enfurecidos y desconsolados. Nuestras vidas importan y seguiremos luchando hasta que se respeten nuestros derechos”.
Además, la campaña rinde homenaje a las hermanas Mirabal, heroínas dominicanas que simbolizan la resistencia a la opresión, conmemorando su legado cada 25 de noviembre. En Santo Domingo, se llevarán a cabo eventos el 1 de diciembre para crear conciencia sobre la violencia continua contra las mujeres en el país.
La legislación dominicana, que se remonta a un código penal de 1884, penaliza el aborto en todas sus formas, lo que ha contribuido a elevadas tasas de mortalidad materna y a miles de abortos inseguros cada año. Activistas han abogado durante mucho tiempo por las «Tres Causales», que permitirían excepciones en casos de riesgo para la vida de la madre, embarazos no viables y situaciones de violación o incesto.
Los esfuerzos de los defensores de los derechos reproductivos han cobrado impulso con protestas en Santo Domingo, Nueva York y durante el Desfile Dominicano. La atención internacional sobre esta problemática aumentó tras la trágica muerte de Rosaura Almonte Hernández, una joven de 16 años que falleció al no recibir tratamiento adecuado debido a su embarazo. Su caso está actualmente bajo revisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La valla publicitaria en Times Square hace un llamado a la solidaridad mundial, con Galván Ortega señalando: “El legado de las hermanas Mirabal nos recuerda que, incluso en medio de la tragedia, la resistencia es posible. Honramos su lucha continuando la nuestra”.
