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HOUSTON. Luego de la ajustada derrota ante los Rockets, muchos esperaban ver a un Jimmy Butler frustrado, lanzando críticas o buscando excusas. Pero fiel a su estilo, el líder del Miami Heat mantuvo la calma y dejó claro que esto no es más que un tropiezo en el camino.
“Estamos bien.”
Sin dramas, sin rodeos. Butler no dejó espacio a las dudas sobre la moral del equipo.
“Nuestra confianza no va a flaquear.”
El Heat sabe lo que tiene entre manos: un núcleo con fuego competitivo, orgullo por su camiseta y hambre de victoria. Butler fue claro:
“Vamos a comenzar mejor el partido.”
Es una admisión directa de que la clave está en ajustar desde el inicio, no en reinventarse. El mensaje es simple pero poderoso: la lección está clara, y la reacción está en camino.
“Sabemos que somos un buen equipo.”
Y no lo dicen por decirlo. Este es un equipo que ha sabido levantarse de derrotas duras y volver aún más peligroso. Butler no habla al vacío: cuando él adopta este tono, cuando no dramatiza ni golpea la mesa, es porque internamente ya están preparando la respuesta.
Así que atención: se avecina guerra. El Miami Heat promete volver más fuerte, y con Butler al frente, nunca es buena idea darlos por vencidos.