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Este domingo por la noche, Indiana y Oklahoma City se enfrentarán en el séptimo y decisivo partido de las Finales de la NBA en el Paycom Center de Oklahoma City. El ganador se llevará a casa el codiciado Trofeo Larry O’Brien. Será el cierre de una temporada intensa y pareja, y marcará un capítulo especial en la historia de la liga.
Estadísticamente, el equipo local tiene una clara ventaja: los anfitriones tienen marca de 15-4 en séptimos partidos de finales. No obstante, el precedente más reciente sugiere que las sorpresas son posibles: en 2016, Cleveland venció como visitante a Golden State en el Juego 7.
En este tipo de encuentros, las estadísticas individuales suelen quedar en segundo plano. Solo dos jugadores en la historia han anotado 40 puntos o más en un Juego 7 de las Finales —Jerry West y Elgin Baylor—, y en ambas ocasiones sus equipos fueron derrotados por Boston. Desde 1988, ningún equipo ha superado los 100 puntos en un séptimo partido de las Finales. De hecho, las últimas cinco ediciones terminaron con ambos equipos por debajo de los 95 puntos, lo que sugiere un duelo de alta tensión y defensas intensas.
Pese a que Oklahoma City y Indiana fueron dos de los equipos más anotadores de la temporada regular, con promedios de 120.5 y 117.4 puntos por partido respectivamente, la historia reciente de este tipo de enfrentamientos anticipa un marcador cerrado. El margen promedio de victoria en un Juego 7 de las Finales es de 6.9 puntos, y cada uno de los últimos ocho se ha decidido por un solo dígito.
Ambos equipos llegan con trayectorias distintas. Oklahoma City es el vigésimo segundo primer sembrado en jugar un séptimo partido de las Finales, con un historial de 12 victorias y 9 derrotas para los anteriores equipos en esa posición. Indiana, por su parte, es apenas el cuarto equipo clasificado como cuarto sembrado en llegar al séptimo juego por el título, con solo una victoria registrada en los tres casos anteriores.
En cuanto a experiencia, ninguno de los jugadores actuales ha disputado antes un Juego 7 de Finales. Sin embargo, algunos de ellos tienen antecedentes en partidos similares. Pascal Siakam y Myles Turner jugarán su cuarto séptimo partido, y Aaron Nesmith tiene marca perfecta en los dos que ha disputado. Por el lado de Oklahoma City, su estrella y actual MVP de la liga, Shai Gilgeous-Alexander, ha jugado dos séptimos partidos anteriormente, promediando 27 puntos por juego.
Incluso para los árbitros será un escenario nuevo. A excepción de Scott Foster, que ya ha dirigido Juegos 7 en las Finales, el resto de los oficiales de esta postemporada no tiene experiencia en este tipo de encuentros.
Todo está listo para un enfrentamiento memorable entre dos franquicias que buscan escribir su propia historia. El domingo por la noche se conocerá al nuevo campeón de la NBA, en un duelo que promete intensidad, estrategia y emoción hasta el último segundo.
