Misterioso aullido en Chichén Itzá: Perro sube a la cima de la pirámide y conmueve al mundo

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El momento fue captado al amanecer y generó reacciones que lo vinculan con creencias mayas sobre el más allá

Chichén Itzá, Yucatán. – Un suceso inesperado y conmovedor ha capturado la atención de miles en redes sociales: un perro criollo, conocido como “Chino”, subió por su cuenta a la cima de la Pirámide de Kukulkán en la zona arqueológica de Chichén Itzá, y aulló hacia el cielo justo al amanecer. La escena fue registrada en video por un custodio del sitio y rápidamente se volvió viral.

“Chino”, el guardián inesperado de la historia

El protagonista del momento es un perro criollo, uno de los animales que conviven de forma semi libre en el complejo arqueológico. Conocido cariñosamente por los trabajadores como «Chino«, el can es considerado parte del entorno y ha sido visto en otras ocasiones resguardando la zona junto a otros perros.

Pero esta vez, su acción sorprendió incluso a los custodios: escaló toda la pirámide —un hecho prohibido para los visitantes humanos— y al llegar a la cima, aulló mientras el sol se elevaba en el horizonte.

Un momento simbólico con raíces ancestrales

El acto de «Chino» no pasó desapercibido para los internautas y expertos en cultura. En la cosmovisión maya, los perros tienen un significado sagrado: eran considerados guías de las almas hacia el inframundo, conocidos como «Xoloitzcuintles» en las culturas mesoamericanas.

El aullido del perro al amanecer ha sido interpretado por algunos como una conexión espiritual entre el mundo de los vivos y el más allá, una especie de “saludo ancestral” desde uno de los templos más importantes del mundo prehispánico.

Reacciones en redes: del asombro a la espiritualidad

Desde que se publicó el video en medios como N+W Radio México y 20Minutos, las redes se han llenado de comentarios que van desde el asombro y la ternura, hasta interpretaciones místicas.

“Ese perro no subió solo. Es como si hubiera sido llamado por algo”, escribió un usuario en TikTok.
“Los mayas sabían que los perros eran guías. El alma de un guerrero maya lo poseyó por un instante”, comentó otro internauta en X.

¿Un llamado de atención?

Más allá del simbolismo, este hecho ha reavivado el debate sobre la preservación del patrimonio, ya que aunque la escena es conmovedora, subir a la Pirámide de Kukulkán está estrictamente prohibido por ley. Las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han preferido no emitir una sanción formal, dado que se trata de un animal, pero ya se han iniciado medidas para evitar que algo similar ocurra de nuevo.

La magia de Chichén Itzá revive gracias a “Chino”

El gesto del perro “Chino” ha traspasado fronteras, y más allá de la anécdota viral, ha generado un renovado interés en las tradiciones y creencias de la cultura maya. También ha recordado que en lo cotidiano —y en lo salvaje— aún podemos encontrar señales de lo sagrado.

¿Tú qué opinas? ¿Fue un simple aullido… o un mensaje del más allá?

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