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Una nueva masacre carcelaria sacudió al país la madrugada de este jueves en el Centro de Rehabilitación Social de Varones de Esmeraldas (CPL N.º 2), donde al menos 17 privados de libertad fueron asesinados, según confirmó el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI).
El ataque habría sido orquestado por integrantes de la organización criminal conocida como Tiguerones, quienes presuntamente recibieron órdenes externas para eliminar a reclusos pertenecientes a bandas rivales como Los Lobos y Los Choneros, así como a detenidos sin afinidad con su grupo.
De acuerdo con reportes preliminares, los hechos se iniciaron en el pabellón C mediante una simulación de la muerte de un preso. Bajo este pretexto, los atacantes lograron sustraer las llaves de celdas y un arma de un militar que acudió a verificar la situación. Posteriormente, accedieron a otros pabellones y ejecutaron a varios reclusos, utilizando armas de fuego que habrían ingresado con la complicidad de agentes penitenciarios.
Familiares de internos llegaron desesperados a las inmediaciones del centro penitenciario, exigiendo información sobre sus parientes. En redes sociales circularon imágenes y videos que muestran escenas de extrema violencia, incluidas ejecuciones y decapitaciones.
El recinto de Esmeraldas ya había sido escenario de motines previos, y actualmente alberga 1.552 internos, pese a tener capacidad para 1.100, lo que evidencia un grave hacinamiento. La masacre ocurre apenas tres días después de otro enfrentamiento en la cárcel de Machala, en El Oro, donde murieron 14 personas, confirmando la crisis estructural que enfrenta el sistema penitenciario ecuatoriano.
El SNAI informó al mediodía que las investigaciones continúan y que se desplegaron unidades de la Policía Nacional para recuperar el control interno del penal. Por el momento, no se reportan fugas de reclusos.
