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El cuerpo de María Clara Aguirre Lisboa fue hallado en una fosa cubierta con cemento en el patio de su vivienda, tras casi 20 días desaparecida
Un caso que ha conmocionado a Brasil y al mundo. Las autoridades del municipio de Itapetininga, en el estado de San Pablo, confirmaron el hallazgo del cuerpo sin vida de María Clara Aguirre Lisboa, una niña de solo 5 años, enterrada en una fosa poco profunda y cubierta con cemento detrás de la casa donde residía con su madre y su padrastro.
De acuerdo con el comisario Franco Augusto, quien encabeza la investigación, el cuerpo llevaba enterrado aproximadamente 20 días, lo que sugiere que la menor fue asesinada a finales de septiembre y enterrada dos días después del crimen con el fin de ocultar la evidencia.
La denuncia de la abuela reveló el crimen
La tragedia salió a la luz tras la insistencia de Vanderleia Monteiro do Amaral, la abuela paterna de la niña, quien denunció la desaparición de su nieta ante los Servicios de Protección Infantil.
En un inicio, la policía trató el caso como una desaparición, sin imaginar que se trataba de un crimen atroz cometido dentro del propio hogar.
La abuela relató entre lágrimas que Rodrigo Ribeiro Machado, padrastro de la menor, era un hombre violento y agresivo, que maltrataba tanto a Luiza Aguirre Barbosa da Silva, la madre, como a la pequeña.
“Cada vez que mi nieta venía a casa traía moretones. Decía que se había caído, pero yo sabía que no era cierto”, contó Vanderleia al medio brasileño G1.
El audio que reveló la verdad
El caso dio un giro estremecedor cuando Rodrigo, de 23 años, envió un mensaje de voz al padre biológico de María Clara, en el que confesaba el crimen de forma cruel y directa.
“Tu hija está muerta. No existe más. No tienes más vínculo con Luiza ni con nadie. Deja de molestar”, decía el audio, según confirmó la policía.
Tras recibir el mensaje, el padre alertó a las autoridades, que iniciaron un registro exhaustivo en la vivienda de la pareja. Fue entonces cuando se descubrió la fosa cubierta con cemento, donde yacía el cuerpo de la menor.
Autopsia confirma golpes y abuso previo
El cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición, lo que impidió realizar un velatorio.
El informe del Instituto Médico Legal (IML) determinó que María Clara presentaba lesiones graves causadas por un objeto contundente, posiblemente una herramienta, y signos de agresiones previas.
Los investigadores también encontraron en la casa 30 municiones reales y cinco cartuchos percutidos calibre 38, lo que apunta a un entorno violento y peligroso.
Madre y padrastro confesaron el crime
Tanto Luiza como Rodrigo fueron detenidos el mismo día del hallazgo. En los interrogatorios, ambos admitieron haber asesinado y enterrado el cuerpo de la niña para ocultar el crimen.
El martes 15 de octubre, durante la audiencia de custodia, el tribunal confirmó la prisión preventiva de ambos. Luiza fue enviada a la cárcel de Votorantim, y Rodrigo, al penal de Capão Bonito.
La Fiscalía adelantó que se les imputarán cargos por homicidio agravado y ocultación de cadáver.
Un país conmocionado
El funeral de María Clara se llevó a cabo en el cementerio Colina da Paz, con la presencia únicamente de la familia paterna.
La comunidad de Itapetininga ha expresado consternación e indignación, y en redes sociales miles de mensajes exigen “justicia para María Clara”.
Las autoridades continúan las investigaciones con apoyo del Instituto de Criminalística (IC) y la División de Investigaciones Generales (DIG), para reconstruir la cronología exacta del crimen y determinar si hubo otros episodios de violencia sistemática antes del asesinato.
“María Clara era una niña dulce, alegre, llena de vida. No merecía esto”, expresó su abuela, entre lágrimas.
