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La Paz, Bolivia. – Las intensas lluvias que han azotado diversas regiones de Bolivia en los últimos días han generado una serie de emergencias en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, dejando miles de personas afectadas, viviendas destruidas, carreteras inhabilitadas y considerables pérdidas agrícolas.
El Gobierno boliviano informó que la prioridad actual es asistir de manera inmediata a las comunidades más golpeadas por los desastres. El presidente Rodrigo Paz anunció que 380.000 dólares provenientes de la cooperación internacional serán destinados a la atención humanitaria, especialmente en las áreas que resultaron afectadas desde los primeros eventos registrados en Samaipata, a 118 kilómetros de Santa Cruz.
El ministro de Defensa, Marcelo Salinas, indicó que se ha desplegado apoyo en las zonas más impactadas, entre ellas Achira y Samaipata en Santa Cruz; Villa 14 de Septiembre, Entre Ríos y Villa Tunari en el Trópico de Cochabamba; además de Chulumani y La Asunta en los Yungas de La Paz.
“La prioridad es la asistencia a los damnificados, la seguridad ciudadana y el apoyo humanitario”, declaró Salinas a medios locales.
En La Asunta, en el norte paceño, se reportaron desbordes, mazamorras y el colapso de vías, afectando a más de 50 familias. Debido a la amplia dispersión del municipio, las autoridades coordinan esfuerzos con organizaciones locales para acceder a las zonas más vulnerables.
En el Trópico de Cochabamba, alrededor de 4,000 familias han sido afectadas por inundaciones y riadas. En Villa Tunari, el desborde del río ocasionó daños en más de 400 viviendas y anegó cerca de 1,400 hectáreas de cultivos, incluyendo banano, yuca, arroz, piña, cítricos y papaya.
Samaipata, uno de los destinos turísticos más importantes de Santa Cruz, sufrió una de las lluvias más intensas de las últimas décadas. En la comunidad de Achira, la más afectada, 560 familias perdieron sus viviendas, 25 casas colapsaron completamente y otras 30 quedaron gravemente dañadas. Además, continúa la búsqueda de dos personas desaparecidas.
Para responder a la emergencia, el Gobierno ha desplegado maquinaria de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) para rehabilitar rutas, además de distribuir agua potable, colchones, frazadas y otros insumos esenciales. “Sabemos que esto es insuficiente, pero es ayuda humanitaria mientras se restablece la transitabilidad y se normaliza la situación”, afirmó Salinas.
Las autoridades continúan realizando evaluaciones en los departamentos afectados y coordinan acciones con los gobiernos municipales para priorizar zonas de mayor riesgo y prevenir nuevos desbordes.
La temporada pasada de lluvias en Bolivia dejó más de 601,000 personas afectadas, según datos oficiales. El periodo lluvioso en el país suele comenzar en noviembre y extenderse hasta marzo, afectando principalmente las zonas bajas de Santa Cruz, Beni, Cochabamba y La Paz.




