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La FIFA confirmó que la Copa Mundial de 2026, que se celebrará en Canadá, Estados Unidos y México, contará con la mayor bolsa de premios en la historia del torneo, en línea con la expansión del certamen a 48 selecciones y el crecimiento de sus ingresos comerciales y de derechos.
Un premio récord para el campeón
Aunque la FIFA no desglosó públicamente cada partida por selección, sí adelantó que el campeón del Mundial 2026 recibirá una cifra millonaria sin precedentes, que superaría ampliamente lo otorgado en Qatar 2022. Fuentes del entorno del organismo señalan que el monto final para el ganador podría rebasar los 50 millones de dólares, entre premios por rendimiento deportivo y compensaciones acumuladas por fases superadas.
Para ponerlo en contexto, el campeón del Mundial 2022 percibió alrededor de US$42 millones, por lo que el salto proyectado para 2026 marca un nuevo estándar financiero para el fútbol de selecciones.
Más equipos, más ingresos, más premios
La edición 2026 será la primera con 48 equipos, lo que incrementa el número de partidos, audiencias globales y contratos comerciales. Ese crecimiento —según la FIFA— se traduce directamente en mayores premios para las selecciones participantes, con una bolsa total récord que beneficiará no solo al campeón, sino también a los equipos que avancen en la fase de grupos y las rondas eliminatorias.
Fondos para desarrollo y reconstrucción
En el mismo anuncio, la FIFA detalló iniciativas paralelas que acompañan la Copa Mundial 2026, incluyendo:
- Programas de desarrollo del fútbol juvenil en federaciones con menos recursos.
- Un fondo de recuperación posconflicto, destinado a apoyar la reconstrucción del deporte en países afectados por crisis humanitarias y conflictos armados.
- Refuerzos a proyectos de infraestructura y formación en las confederaciones.
Un Mundial que también se juega fuera de la cancha
Con estos anuncios, la FIFA busca subrayar que el Mundial 2026 no solo será el más grande en lo deportivo, sino también el más ambicioso en impacto económico y social. Para las selecciones favoritas, el incentivo es claro: levantar la Copa del Mundo significará gloria deportiva… y una recompensa económica histórica.
