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Un informe publicado el 26 de junio de 2025 por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revela que los grupos de delincuencia organizada, incluidos los cárteles mexicanos, han aprovechado las crisis recientes para expandir sus operaciones, diversificar rutas y aumentar la producción de drogas a niveles sin precedentes. La situación coincide con un récord histórico en el consumo global de estupefacientes, en un contexto de creciente inestabilidad económica y política.
Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2025, la expansión del mercado de drogas sintéticas, como la metanfetamina, está impulsada por costos operativos bajos, menores riesgos de detección y el uso de tecnología avanzada. Las incautaciones de estimulantes tipo anfetamínico alcanzaron su punto más alto en 2023, representando casi la mitad de las incautaciones globales de drogas sintéticas, seguidas por opioides como el fentanilo.
La directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, advirtió que las organizaciones criminales están explotando los vacíos institucionales y la vulnerabilidad social. Reiteró el llamado a invertir en prevención y fortalecer la respuesta institucional. “Los grupos delictivos continúan adaptándose y explotando las crisis, apuntando a las poblaciones más vulnerables”, afirmó Waly.
El documento destaca que México se consolida como uno de los principales centros de producción de metanfetamina en el mundo, junto a Myanmar, Afganistán y países de Europa como Chequia y los Países Bajos. Las ganancias ilícitas del narcotráfico siguen ascendiendo a cientos de miles de millones de dólares anuales, mientras las autoridades enfrentan dificultades para frenar la expansión del crimen organizado.
Además del crecimiento en drogas sintéticas, el informe advierte sobre el auge de la cocaína. En 2023 se produjeron 3.708 toneladas de esta droga, un aumento del 34% respecto al año anterior, y las incautaciones alcanzaron las 2.275 toneladas, marcando un récord histórico. El número de consumidores de cocaína pasó de 17 millones en 2013 a 25 millones en 2023.
El informe también advierte sobre la expansión de los mercados ilegales hacia Asia y África, y el incremento de la violencia relacionada con el narcotráfico en Europa Occidental, especialmente por la participación de grupos delictivos de los Balcanes.
El impacto ambiental del narcotráfico también genera preocupación. La producción y tráfico de drogas provoca deforestación, contaminación de cuerpos de agua, cambios en el uso del suelo y degradación ambiental, especialmente en zonas rurales de Europa. La UNODC señala que estos daños no suelen considerarse en las políticas antidroga, a pesar de su gravedad.
En términos de salud pública, el informe estima que 316 millones de personas consumieron drogas ilícitas en 2023, el 6% de la población mundial entre 15 y 65 años. Solo una de cada 12 personas con trastornos por consumo accedió a tratamiento. En 2021, el uso de drogas provocó cerca de medio millón de muertes y la pérdida de 28 millones de años de vida saludable.
La UNODC insta a la comunidad internacional a priorizar la inversión en sistemas de salud, prevención del consumo, formación de cuerpos de seguridad y desarrollo alternativo, como estrategias integrales para reducir el impacto del narcotráfico.
