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POR: CÉSAR DALMASÍ
El Autor es periodista
cesardalmasi@hotmail.com
Desde siempre los sectores de poder representados por la plutocracia mundial, han ejercido una presión enorme contra el gran conglomerado social, en interés de querer ajustar a la mayoría de la población de todo el planeta a sus normas, y a todo lo que sea conveniente y favorable para esa clase plutócrata que han querido dominar el mundo a su antojo, cosa que siempre hacen de una manera muy injusta, desequilibrada y egocéntrica, colocando el embudo con lo ancho a su favor y lo estrecho para el resto de la población.
Todo esto ha provocado niveles increíbles de desigualdad en todo el sentido de la palabra y especialmente en lo económico; por lo que podemos observar, la manera como en los últimos tiempos dicha presión ha ido en aumento, y sin lugar a equivocarnos esto va a provocar que se desborden las pasiones, que esa mayoría un día diga basta ya, y entonces veremos como todo implosiona y se derrumba, provocando una verdadera y gran ruptura del estado de cosa actual, destruyendo todo, al grado que nunca más será lo que hasta ahora conocemos como modelo económico y social.
Esto dará al traste con la culminación de uno de los modelos económicos más injusto, inhumano y cruel, entonces y sólo entonces habrá de ocurrir un verdadero cambio y transformación de la sociedad mundial; en otras palabras, universalmente la sociedad habrá de presenciar una gran rebelión humana, al no poder soportar la presión ejercida por los sectores dominantes, lo que irremisiblemente llevaría a una gran ruptura del modelo de producción, de convivencia y obviamente a un cambio total del poder social y económico en todo el planeta tierra.
Porque no es por casualidad que la plutocracia mundial ha buscado todas las maneras de restringir o mermar el crecimiento demográfico, implantando mil y una forma de planificación, en la búsqueda de disminuir la población mundial, porque éstos grupos de poder entienden que mientras menos seres humanos hay sobre el planeta, menos consumo de alimentos habrá y un largo etcétera más.
O acaso es por casualidad que se ha buscado desintegrar el modelo nuclear de familia, esto no es modismo ni por que sí, es por ello que se han inventado variadísimas formas de auto placer, todo a fin de que no haya crecimiento demográfico, es así como se ha incentivado la práctica del homosexualismo, lesbianismo y la búsqueda del placer erotizando zonas corpóreas que están divorciadas y en absoluta contraposición con lo creado por Dios.
Pero también los grupos de poder en pos de someter y subyugar al gran conglomerado social, han querido crear leyes universales que les permitan mantener o tener un control social a nivel global; así es como también los movimientos migratorios que observamos en todo el planeta, tampoco ocurren por mera casualidad.
En realidad todo es parte de un plan, para alcanzar romper normas, culturas, tradiciones, sentimientos y las realidades particulares que definen a las naciones, a los grupos étnicos y sociales, todo en interés de que haya un sólo sentir y una única visión del mundo y de la vida, ya que así es más fácil controlar las masas y grupos sociales.
De manera que todo gira alrededor del dinero y especialmente de los intereses de los plutócratas del globo terráqueo, pero esos grupos no se han detenido a pensar que con todo esto, ellos mismos se están provocando un harakiri, porque como dice el refrán tanto escarbó la gallina hasta que encontró un gusano que luego no se lo pudo tragar, o como dicen, tanto jodió el Diablo hasta que le sacó un ojo al hijo.
Así que no es utopía, simplemente es la lógica de esta terrible realidad en la que vive hoy día la humanidad, que ha sido sometida a la más vil, cruel y horrenda explotación del hombre por el hombre, de manera, que toda esta realidad como ya hemos dicho más arriba, es muy bien pensada por los sectores que controlan el mundo.
Definitivamente que esto está llevando a toda la humanidad a una gran implosión social, a la gran ruptura o a la gran rebelión, que muchos autores ya han analizado profundamente; así que la plutocracia con su ceguera y su afán de querer más, más y más, no son capaces de darse cuenta de lo que ellos mismos están provocando.




