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República Dominicana recuerda la tragedia del Jet Set a ocho meses del colapso que dejó 236 fallecidos; proceso judicial avanza con acusación formal contra los hermanos Espaillat.
Hoy se cumplen ocho meses del colapso del techo de la icónica discoteca Jet Set en Santo Domingo, un hecho que marcó un antes y un después en la vida nocturna dominicana y que dejó 236 personas fallecidas y más de 180 heridas durante la tradicional “fiesta de los lunes”.
El derrumbe ocurrió la noche del 8 de abril de 2025, mientras se presentaba el merenguero Rubby Pérez, quien perdió la vida junto a varios integrantes de su orquesta. El artista, de 69 años, había sido reconocido semanas antes con un Premio Soberano por su trayectoria.
Un ícono del entretenimiento convertido en zona cero
Durante más de 30 años, Jet Set fue uno de los centros nocturnos más emblemáticos del país, reconocido por sus presentaciones en vivo de merengue, salsa y otros ritmos tropicales que reunían cada lunes a cientos de dominicanos y turistas.
Hoy, en el lugar del desastre, solo quedan flores marchitas, un recordatorio silencioso de la magnitud de la tragedia.
Entre las víctimas estaban figuras reconocidas como los expeloteros Octavio Dotel y Tony Blanco, el diseñador Martín Polanco, la ejecutiva bancaria Alexandra Grullón y su esposo Eduardo Guarionex Estrella, además de la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, quien fue la primera en contactar al presidente Luis Abinader para alertar sobre el colapso.
Avances en el proceso judicial
El pasado noviembre, el Ministerio Público presentó acusación formal y solicitud de apertura a juicio contra los propietarios del establecimiento, los hermanos Antonio y Maribel Espaillat.
La instancia fue depositada ante la Oficina Coordinadora de los Juzgados de la Instrucción del Distrito Nacional, representada por el procurador adjunto Wilson Camacho y la fiscal titular Rosalba Ramos.
De acuerdo con la acusación, los hermanos Espaillat incurrieron en:
- Homicidio involuntario
- Golpes y heridas involuntarias
Delitos contemplados en los artículos 319 y 320 del Código Penal dominicano, tras alegadamente operar el local sin cumplir los requisitos de seguridad estructural que habrían evitado el colapso.
Una herida abierta para las familias y para el país
La magnitud del siniestro lo convierte en una de las tragedias más graves registradas en la República Dominicana. Las familias de las víctimas continúan exigiendo justicia y garantías de que desastres como este no vuelvan a repetirse.
Mientras tanto, el proceso judicial sigue avanzando y mantiene la atención pública sobre uno de los episodios más dolorosos ocurridos en el país en los últimos años.
