Este 6 de marzo marca el 87º aniversario del nacimiento de José Francisco Peña Gómez, una figura política que dejó una marca indeleble en la historia de la República Dominicana. Reconocido como uno de los oradores más destacados del país, Peña Gómez es recordado por su incansable activismo político y su habilidad para movilizar masas a través del poder de la palabra.
Nacido en Loma del Flaco, provincia Valverde, en 1937, Peña Gómez experimentó una infancia marcada por la adversidad después de ser abandonado por sus padres a una edad temprana. Sin embargo, fue criado con amor y dedicación por una pareja de clase trabajadora, quienes le brindaron la oportunidad de recibir una educación sólida, permitiéndole graduarse en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1970.
Además de su destacada carrera política, Peña Gómez también dejó un legado como educador y comunicador. Desde sus primeros días como profesor de alfabetización en Mao hasta su papel como locutor en «La Voz Dominicana», su influencia se extendió a través de múltiples facetas de la sociedad dominicana.
Su entrada en la política marcó el comienzo de una carrera meteórica en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), donde su elocuencia y liderazgo lo llevaron a convertirse en una figura central del partido. Tras la caída del régimen trujillista, Peña Gómez asumió un papel prominente en el PRD, demostrando su compromiso con la democracia y la justicia social.
A lo largo de los años, Peña Gómez se convirtió en un candidato presidencial influyente, desafiando las convenciones políticas y abogando por un sistema más justo y equitativo para todos los dominicanos. Aunque no alcanzó la presidencia, su legado perdura como un recordatorio del poder del compromiso cívico y la lucha por un país más inclusivo.
Hoy, en el 87º aniversario de su nacimiento, recordamos a José Francisco Peña Gómez como un líder visionario, un defensor incansable de los derechos humanos y un símbolo perdurable de la política dominicana.
