COMO EL AGUA Y EL ACEITE, JUNTOS PERO NO REBURUJADOS.

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POR CÉSAR DALMASÍ 

Hoy hablaré con llaneza, tratando de ser lo más claro y directo posible y empiezo diciendo que los dominicanos y los haitianos somos total y absolutamente distintos en todos los sentidos (no estoy hablando en el aspecto humano) y por lo tanto ante tan notable realidad no hay forma ni manera alguna de una simbiosis entre ambos pueblos; entonces, ellos allá y nosotros aquí, así de sencillo y contundente como tiene que ser.

Ante la realidad  actual y ante las pretensiones de la Organización de las Naciones Unidas ONU con su Agencia para los Refugiados ACNUR y otros, es el momento preciso para que todos los dominicanos nos unamos monolíticamente, con un sólo sentir y propósito,  que es defender nuestro espacio determinado por nuestro territorio llamado República Dominicana; esto es un compromiso y responsabilidad de todos los dominicanos y de no hacerlo, nuestro honor como persona y como pueblo sería pisoteado y mancillado.

Entonces tristemente nos pasaría como ya ha dicho Juan Pablo Duarte, el más insigne de todos los dominicanos, “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor” así que llegó la hora de elevar la dignidad y el  orgullo dominicano y que nuestra patria se mantenga en el cenit que nos regalaron nuestros emancipadores; para que continuemos diciendo  “Que linda en el tope está Dominicana Bandera, quien te viera, quien te viera, más arriba mucho más”

Y en ese sentido justo es decir que las medidas oficiales que viene tomado el Presidente Luís Abinader son pruebas fehacientes de que él en su rol ha interpretado el pensamiento y el sentimiento de Juan Pablo  Duarte, al actuar apegado a lo que dijo el Patricio, “El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional” así que no hay dudas de que el Presidente Abinader está haciendo uso de éste pensamiento para salvaguardar y proteger, nuestro suelo patrio y los intereses de nuestra nacionalidad.

Por lo que juntos,  gobierno y pueblo decimos un NO rotundo y absoluto a los que buscan mancillar y pisotear la patria de Duarte, Sánchez, Mella,  Luperón y Caamaño; de manera que jamás permitiremos que se burlen del sacrificio que hicieron esos y otros hombres para que hoy podamos decir que tenemos una patria libre e independiente de toda potencia extranjera, ya que ésta misma Patria le ha  costado mucho a mujeres como Manuela Díez Jiménez, Rosa Duarte, Josefa Antonio de la Paz, (Doña Chepita Pérez), Ana Valverde, María Baltasara de los Reyes, María Trinidad Sánchez y otros muchos más hombres y mujeres.

Pero por igual, no vamos a permitir que los hombres y mujeres de hoy que vivimos luchando echando nuestro país hacia adelante, con el trabajo duro de los empresarios, de nuestros campesinos, de nuestros estudiantes, profesionales, pero por también con el sacrificio día a día de nuestros guardias, policías y la entrega de todos los que paso a paso y día tras día, estamos construyendo esta sociedad y éste pueblo bueno que somos todos los dominicanos, para que disfrutemos de un país libre y organizado como lo tenemos.

No es secreto que las circunstancias actuales nos empujan como dominicanos a actuar y a no quedarnos de brazos cruzados, pensando siempre  en los intereses del país, es tiempo de pensar en el presente y aún más en el futuro de nuestros hijos y nietos, estamos en el momento justo de  demostrarnos a nosotros mismos que queremos y que podemos vivir en nuestro suelo patrio con todas las características que nos definen como dominicanos, sin injerencia extraña, sin imposición exógena y manteniendo invariable nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra etnia, nuestra historia y nuestra religión cristiana, en fin  manteniendo toda nuestra esencia de dominicanos. 

Es por esa razón que  todos, hombres, mujeres, jóvenes, envejecientes, niños y hasta los recién nacidos y los neonatos, tenemos que levantarnos en pie de lucha a defender con todas nuestras fuerzas, con el alma y el corazón, la paz, el crecimiento y el desarrollo que juntos hemos logrado, construyendo esta robusta República Dominicana de la cual hoy disfrutamos y de la que esestamos orgullosos.

Llegó el momento de mostrar nuestra valentía, coraje y gallardía y endosar todo a favor del suelo patrio,  ha llegado la hora de la nueva redención, de izar la bandera de la libertad en el tope de nuestro corazón, esa misma del color azul, que indica los ideales de progreso de los dominicanos, Azul que a su vez representa el cielo,  mostrando así que Dios protege a la República Dominicana, el Rojo en clara representación de la sangre que derramaron nuestros libertadores, para que hoy tengamos una República Dominicana libre, pero el Rojo también representa la sangre derramada por todos los dominicanos día tras día en la construcción de nuestro país, y el color Blanco diciendo que somos un pueblo unido y que vivimos en paz.

Y la Cruz que atraviesa nuestro lienzo patrio, expresando ese sentimiento cristiano del dominicano, reforzado aún más con la Biblia al centro abierta en el libro de Juan, capítulo 8-32 con el texto “Y Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”, sólo esa descripción dice claramente las grandes y profundas diferencias entre dominicanos y haitianos.  ¡ QUE VIVA LA REPÚBLICA DOMINICANA!.-

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